Dentro de pocos días hay unas elecciones cruciales en nuestro país. Unas elecciones en las que nos vamos a jugar el futuro como nunca antes nos lo habíamos jugado. Unas elecciones en las que las palabras participación y democracia alcanzan una importancia sin igual.
Porque vivimos un tiempo donde los poderes económicos, los que eufemísticamente se llaman mercados, intentan vaciar de contenido todo atisbo de elección que ponga en riesgo sus privilegios. No en vano, esos mercados acaban de decirle a Grecia o a Italia que son capaces de quitar y poner políticos para que cumplan con los compromisos adoptados, que no son otros que la maximización de sus beneficios. Acaban de dar un golpe de estado moderno, pero golpe de estado a la democracia y a la construcción de una Europa cada vez más alejada de la ciudadanía.
Nos estamos jugando el futuro. Un futuro donde el Partido Popular ahonde el camino iniciado de desmantelamiento del estado del medioestar por un partido socialista secuestrado por neoliberales con la callada respuesta de su militancia, que asiste a su hundimiento como la banda de música del Titanic.
Nos jugamos que nos cambien las reglas del juego, que todo lo conseguido con el esfuerzo, sangre y sudor muchas veces, por generaciones de trabajadores anteriores lo conviertan en aguas de borrajas. Nos jugamos la privatización hasta del sueño de un futuro más igualitario y democrático. Nos jugamos un retroceso sin parangón en la construcción de una sociedad más libre y más justa.
Por eso es necesario romper de una vez esa foto fija que nos dictan en la que sólo es posible elegir entre Starbucks y Starbucks. Es necesario romper por la izquierda con esa trampa pactada en una transición de mentira que ha arruinado a este país y que ha postrado a la ciudadanía ante los bancos. Es necesario estar en las instituciones con fuerza para decirles a los consejeros delegados de Goldmand Sachs que hay quien no se rinde a la resignación y que queremos y soñamos porque otro mundo es posible. Para nosotros y para nuestros hijos.
Y es necesario construir en la calle una nueva sociedad comprometida que sea capaz de pelear calle por calle, día tras día, esos sueños que nos están robando a base de índices de deuda comparada, de deuda de mentira, de deuda injusta que ya no hay que pagar.
En necesario construir a partir de ya una izquierda con todo aquel que quiera sumarse a construir una alternativa social, económica, política y cultural que un día no muy lejano sea hegemónica.
Por eso hoy es necesario que Izquierda Unida sea la voz fuerte que represente a la gente frente a los mercados allá donde se construya el futuro. En las instituciones y en la calle.
Yo #elijoIU
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