Lo que pagamos del rey, además del presupuesto

Publicado el 30 octubre 2013 por Rgalmazan @RGAlmazan

Se vienen tirando faroles de que el presupuesto de la Casa Real baja un poquito cada año, dicen que lo han rebajado un 1,8% en 2014, en relación con 2013 –pasando de 7,93 a 7,75 millones de euros--, porque claro ellos son solidarios con esta crisis que nos golpea y hacen ver que también la sufren.

Además alegan con orgullo que van a estar incluidos en la ley de transparencia y que darán cuenta. Pero sólo hasta cierto punto, un punto muy bajo por cierto. Porque para empezar, esta llamada monarquía parlamentaria no quiere responder a donde debe, o sea al Parlamento. El gobierno y su partido han evitado que la Casa Real, contrariamente a lo que hacen todos los ministerios y organismos públicos expliquen en qué se van a gastar el presupuesto --esos casi ocho millones-- que dispondrán en 2014.

A diferencia de otras Monarquías europeas, la española es la más opaca, la que menos cuenta da. Basta ver que, por ejemplo, en la web de la Casar Real Británica se sabe hasta lo que se gasta en papel higiénico la reina y su gente.

No quieren ser controlados, quieren tener unos milloncejos para gastar a su antojo sin que nadie pueda criticarlo. Pero, por desgracia, la cosa no queda ahí. Porque lo que no se suele decir es que muchos de los gastos originados por tener una Casa Real no están incluidos en el presupuesto de la misma, y por lo tanto, el gasto que produce dicha institución, con nuestro rey a la cabeza, es mucho mayor de esos 7,75 millones.

Sabemos que muchos de los gastos originados por la Casa Real no los cubre con su presupuesto sino que van al presupuesto de algunos ministerios, como el de Presidencia, el de Asuntos Exteriores o el de Defensa. Y esos gastos están fuera del presupuesto. Solo, en 2012, Patrimonio Nacional gastó casi doce millones de euros en actos relativos al Rey y en total se calcula que los gastos totales de la Casa Real han sido de 26 millones de euros. Una ayudita para el monarca.

Por si esto fuera poco, ahora tenemos un ejemplo más de gastos provocados por, digamos, entretenimientos reales. Así, Patrimonio Nacional ha sido condenado a pagar 1,2 millones a los tripulantes del yate Fortuna que era propiedad del rey, por despido improcedente. Otra broma que nos ha gastado este monarca campechano. No importa, aquí estamos sus abnegados súbditos para pagar los caprichitos de nuestro “querido rey”. ¡Y viva la juerga real!

O sea otro millón y pico que sale de nuestros bolsillos. Suma y sigue. Y yo me pregunto. Si se le pagan todos los actos, los servicios oficiales y hasta los hobbies y despropósitos, ¿en qué gasta esos casi ocho millones de presupuesto? Visto que ya no puede ir a cazar elefantes, que difícilmente puede correrse las juergas que se corría, que su salud no le permite hacer excesos y que ya no tiene que pagar viajes a Corina, no salen las cuentas. Porque descontados los sueldos de los miembros de la familia real quedan siete millones de euros. Y ya saben, como diría un catalán, a la butxaca!

¿Nos enteraremos alguna vez en qué se gasta esta gente nuestro dinero?

Salud y República