Vuelve el reto dedicado a la olla de cocción lenta que organiza mi amiga Carol, y es que yo personalmente estoy encantada con este juguete que descubrí hace unos meses.
En esta ocasión, Carol en el grupo de Facebook propuso que cocinaramos pollo en la olla lenta, y yo ya llevaba tiempo queriendo hacer unas alitas de pollo (que me vuelven loca), así que me lancé y las hice con salsa teriyaki.
Como veis quedan estupendas, y de sabor están riquísimas, las podéis comer tal cual o bien podéis acompañarlas con arroz blanco. He tenido que tener cuidado para emplatarlas porque queda tan tierno que la carne se despega del hueso y queda jugoso sin añadir aceite ya que los alimentos se cocinan en sus propios jugos.
¡¡A ponerse el delantal!!
Ingredientes- Un kilo de alitas de pollo.- 50 gramos de azúcar moreno.- 100 ml de salsa de soja baja en sodio.- 2 cucharadas soperas de vinagre de manzana.- 1/2 cucharadita de jengibre rallado.- 1 diente de ajo machacado.- 2 cucharadas de maizena- 4 cucharadas soperas de agua.
En un bol, mezclar el azúcar moreno, la salsa de soja, el vinagre, el jengibre y el diente de ajo machacado. Mezclar todo bien y poner las alitas de pollo. Mover bien para que las alitas se impregnen y dejar reposar en la nevera al mínimo dos horas (yo las tuve toda la noche).
Poner las alitas de pollo y la salsa en la olla de cocción lenta y hacerlas durante 5 horas en baja.
Retirar las alitas, y pasar a un cazo el jugo que han soltado. Mezclar la maizena con el agua y echarlo en el caldo, calentar hasta que la salsa esté espesa.
Poner la salsa por encima de las alitas y espolvorear con sésamo.
Espero que os haya gustado.