En su testamento, Alfred Nobel quiso que su fortuna se invirtiese en un fondo seguro, cuyos ingresos debían destinarse para ser “distribuidos cada año en la forma de premios a los que durante el año anterior han aportado el mayor beneficio a la Humanidad”. ¿Y cuál es la recompensa por haber aportado tanto a la Humanidad? Pues este año fueron 875.000 euros (el equivalente de 8 millones de coronas suecas) por cada Premio Nobel en su totalidad. Es decir que si hay varios laureados del mismo premio, se reparte entre ellos.
El premio Nobel de Química se lo repartieron Martin Karplus, Michael Levitt y Arieh Warshel, que por ser tres recibieron 291.667 euros cada uno, por “el desarrollo de modelos multiescala para sistemas químicos complejos” que han “abierto una colaboración fructífera entre la teoría y el experimento, que permite solucionar problemas que de otra manera no eran solucionables”, según cuenta la Fundación Nobel. Solucionar problemas en muchas disciplinas químicas. Con la ayuda de estos métodos los científicos usan las computadoras para desvelar los procesos químicos tales como por ejemplo la purificación de gases de escape, o la fotosíntesis en las hojas verdes de las plantas.
¿Es mucho dinero, el que recibe un Premio Nobel, en proporción a lo que aporta a la Humanidad? Pues si lo comparamos con lo que cuesta y lo que gana un futbolista de “elite”, parece más bien poco. La diferencia entre ambos en lugar de aportar valor para la Humanidad se acerca más a una vergüenza para la Humanidad.
Y Di María no es, como todos sabemos, el único futbolista millonario. Otros están también en esta “nube” sin tener, como los premios Nobel, que repartir entre ellos el dinero.
En la página web futbolprimera.es, han seleccionado el “Once ideal del mercado de fichajes” (más 4 en el “banquillo”). Los traspasos de estos jugadores de un club a otro han valido entre 12 millones el más bajo hasta 81 millones el más caro, y los del “banquillo” valen tanto como los titulares. En total el “valor” de los 15 suma 531,5 millones de euros!!!, una suma que se acerca al presupuesto total del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Según su informe de 2012, el CSIC tiene 125 centros e institutos de I+D que ocupan a 12.795 personas, que realizan 3.663 proyectos y acciones de I+D nacionales y europeas, con un gasto total de 730,6 millones de euros, o sea 57.100 euros por científico o técnico!!!. Un gasto total de un mismo orden de magnitud que el gasto para transferir a tan solo 15 futbolistas de un club a otro. Futbolistas que “valen”cada uno en promedio alrededor 100 veces más que un científico del CSIC.
¿De qué “valores” estamos hablando? ¿Quiénes hacen más por la Humanidad, los futbolistas o los científicos? ¿Quiénes ayudan más a construir nuestro bienestar futuro, los futbolistas o los científicos? La diferencia entre ricos y pobres está aumentando. Entre futbolistas y científicos también.
¿A dónde nos va a conducir esto? Me temo que no serán estos futbolistas que vayan a mejorar el lugar que ocupa España en los rankings del conocimiento y de la innovación, o que vayan a mejorar el ranking de las universidades españolas. Y no vayan a creer que no me gusta ver un buen partido de futbol.