Lo que valen las cosas

Publicado el 24 mayo 2015 por Wig
Todo lo bueno tiene un precio. Dicen. En realidad todo tiene un precio. Aseguran. Todo. Hasta la moral más irreprochable, y más, pasado la mitad de una vida, pues la virtud se va desmorando con las canas. Aunque aún quedan los que se autoproclaman asimismo como íntegros. O es que nunca le propusieron su precio o es que no tiene ningún valor su integridad. Para el caso es lo mismo. Pero aún así, quedan menos que menos. No podemos obviar que forma parte de la existencia en Sociedad. En realidad, ésta se basa en el mercadeo de virtudes. Tantas religiones. Tantos mojigatos por ahí de vida relagada propugnando sus derechos por linaje. También tienen un precio. "La Muerte tiene ("tenía") un precio". Un gran Western. La avaricia económica parece haber sido el detonante para destronarnos y devorarnos como lobos. El gran despropósito de la juventud es ver cómo finalmente todo es una cuestión pecuniaria. Releo, y da la impresión de una profunda envidia. Ah, los pecados capitales. "Los siete magníficos" (otro gran western) del logro del éxito de la vida. Pasa la vida como en la canción, y sin darte cuenta, pierdes ese inocente idealismo del pobre. El dinero lo corrompe "casi" todo. Eso explican  los libros de autoayuda que agrandan las arcas de sus autores. Pero no seamos generalistas. Las generalidades son tan crueles como las banderillas que les clavan a los toros. ¿No valía tan sólo con matarlos? Si todo tiene un precio; entonces, y sólo si, todo lo bueno tiene un precio.