Lo sentí en una novela

Publicado el 24 agosto 2010 por Gmobuelna

Leer novelas es adictivo, y costoso. Esta tarde, en mi hora de comida caminé al Sanborns de Plaza Río, aquí en Tijuana y pasé unos minutos revisando los títulos en la mesa de novedades.

Llevo más de un año leyendo novela negra, nunca imaginé que este género me llegaría a atrapar de la forma en que lo hizo y tras hojear de manera breve ‘Caso Cerrado’ me animé a preguntar el costo, $219 pesos ($17.50 USD) me señaló el dependiente de la sección de libros y cerré el trato pagando con un billete de $500 pesos.

Es la primera novela que adquiero de Robert Rotenberg, nunca había escuchado sobre él, pero me agradaron los comentarios que hacen sobre esta novela en la contraportada, a pesar de saber que “nadie vende pan duro”. La he dejado sobre el escritorio ahora que he regresado a la oficina y será un pequeño gusto que me daré esta noche en casa.

Me ha gustado leer novela pues independientemente de la historia que nos narra el autor, se saborea la recreación de los personajes y del momento que están viviendo, me hace posible escuchar el ruido de unos pies descalzos sobre la duela, oler el césped verde bañado de rocío por las mañanas, sentir la brisa fresca y el suave viento debajo de un frondoso árbol y campear el temporal que sufren o gozan los protagonistas, si señor, leer novelas es un privilegio enorme.

Hace años había un popular anuncio: “Lo vi en la radio”, hoy puedo decir que “lo sentí en una novela”.