El que más y el que menos juega a Maquiavelo, anuncia lo contrario de lo que en realidad le gustaría hacer y dice hoy lo opuesto a lo que pregonó ayer. Desde antes incluso de la ruptura del acuerdo de gobierno entre CC y el PSOE estamos asistiendo en Canarias a un teatrillo político de medio pelo que por dignidad y respeto a los ciudadanos debería concluir de una santa vez en algún tipo de desenlace, el que sea, pero concluir. Si el PP quiere entrar en el Gobierno – no me cabe duda alguna de que eso es lo que quiere - que deje de marear ya la perdiz presentándose como la damisela delicada que a todos aparenta ofrecer su mano.
Los socialistas, por su parte, actúan estos días literalmente como pollos sin cabeza. Por las islas acaba de pasar un miembro de la gestora que ha venido a decir el lunes que el PSOE “no contempla” un gobierno con el PP en Canarias para pasar a anunciar el martes que va a iniciar una ronda de contactos con los partidos de la oposición “para buscar un cambio político”. ¿Saben con cuál de esos partidos se van a sentar en primer lugar los socialistas? Premio: con el PP. En paralelo, en La Laguna dos de los cinco concejales del PSOE se han sumado por su cuenta y riesgo a un intento de moción de censura de cuyo fracaso son perfectamente conscientes si no tiene el respaldo de los otros tres. Claro que, en realidad, el objetivo era meterle el dedo en el ojo al portavoz de la gestora que había recalado por Canarias y enviar un mensaje crítico a la otra gestora que gobierna de aquella manera el partido en las islas. Eso sí, a gestoras no hay quien le saque ventaja al PSOE en estos momentos.
Completan el reparto de esta suerte de ópera bufa
NC y Podemos que, junto al PSOE, ya no saben cómo ponerse para exigir del presidente una cuestión de confianza y no dudan en calificarlo de ilegítimo como si las actas de los diputados que lo apoyan se las hubieran sacado en una bolsa de pipas y como si no se pudiera gobernar en minoría con apoyos puntuales. Pretenden así sin conseguirlo ocultar su impotencia para convencer al PP de que se sume a una moción de censura sin poner condiciones que, en la práctica, la hagan inviable.Y en medio de tanto devaneo político, un lamentable y desagradable episodio de filtraciones interesadas desde el Gobierno y desde el PSOE a propósito de la sanidad pública, olvidando unos y otros que nuestras madres nos enseñaron a no jugar ni con las cosas de comer ni con las de curar. ¿Es mucho pedir que se aclaren de una vez, aparquen la ambigüedad y se pongan todos, gobierno y oposición, a la tarea para la que fueron elegidos? ¿No fue acaso suficiente con el insufrible culebrón del cascado pacto en cascada? Por desgracia me temo que sí, que es mucho pedir.