SinopsisSamantha Kingston lo tiene todo a su favor: es guapa, es popular y sale con el chico perfecto. El viernes 12 de febrero debería ser un día más en su fácil vida, pero no lo es: es el último día. O más bien los últimos, porque Samantha se despierta una y otra vez en la mañana del viernes 12 de febrero y vuelve a vivir la misma jornada siete veces… hasta que se da cuenta de que en su mano está realizar cambios minúsculos que supondrán diferencias enormes.
Sam la chica popular con sus amigas populares en su perfecta vida un día morirá pero SORPRESA su día se repite, cuantas veces ella no so sabe (nosotros si 7), las reglas del juego tampoco (nosotros menos), entonces Sam todos los días cambiará algo y en realidad comenzará a madurar. Analizará su familia, su relación con su hermana, sus amigas, su novio, su ex-amigo, las actitudes de sus amigas TODO lo verá diferente, que sacará de eso mmmm deben descubrirlo.
Debo decir que el final y algunas frases como: —Podrían entrenar monos para que manejen mejor que tú. Entonces, ¿qué? ¿Qué es? ¿Necesitas demostrar que no te importa una mierda? ¿Que no te importa nada? ¿No te importa nadie? Golpea un guardafangos por aquí, golpea un espejo por allá, oops, gracias a Dios que tenemos nuestras bolsas de aire, para eso es para lo que son los parachoques, sólo mantente andando, mantente conduciendo, nadie jamás sabrá.
¿Adivina qué, Lindsay? No tienes que demostrar nada. Ya sabemos que no te importa una mierda nadie excepto tú misma. Siempre lo hemos sabido.
Son lo que salvan al libro de ser algo absolutamente odioso, si bien hay escenas lindas, sigo sin sentir lastima de Sam y la verdad creo que se merecía lo que le paso fue una perr..... con mucha gente y ser adolescente no es suficiente como excusa la verdad paso lo que tenia que pasar. El libro en sí me pareció muy largo y a veces sentí que la autora quería que nos gustará Sam y su "triste" si o si, para mi solo es un libro entre tantos y me quedo con Delirium de Lauren Oliver que es mucho mejor que este.