La emotiva historia de una enfermera entregada a los demás.
Con una prosa delicada, Agnès Ledig nos sumerge en una mar de emociones junto a unos personajes que se tienden la mano cuando la vida hiere y aprenden juntos a mirar hacia delante. Una novela inspiradora sobre el amor y la esperanza que brilla por su autenticidad y vitalidad.
Atenta y cariñosa, Juliette se entrega en cuerpo y alma a los demás, pero a veces se olvida de sí misma. Esta enorme vocación hace que los pacientes del hospital la consideren mucho más que una enfermera. Y así se entrega también a Roméo, un joven bombero que acaba de ser ingresado tras entrar coma al precipitarse de un piso en llamas cuando salvaba a un niño. Con suma ternura, Juliette lo acompaña durante todo ese tiempo en que él bucea en la oscuridad.
Cuidar de los demás permite a la enfermera abstraerse de sus propios problemas, de su batalla interior. Juliette ansía ser madre, pero la naturaleza le niega ese deseo que empieza a convertirse en una obsesión para ella. Además, en casa, su pareja no la entiende e incluso la menosprecia y la humilla.
Los momentos junto a Roméo, que lucha por sobrevivir y recuperarse, la insuflan de vida y se convierten en un soplo de esperanza que conlleva toda una lección: para ser feliz lo importante es mirar hacia dónde vamos y no de dónde venimos.
Con un talento innato, Agnès Ledig mezcla episodios dramáticos con grandes lecciones de vitalidad y solidaridad siempre con una narrativa fresca y ágil. Una novela esplendorosa que te envuelve en un cálido abrazo.
Formato: Tapa blanda / Epub
"El amor sin respeto no es amor.
Tomar conciencia y escapar de él no constituye
ni un fracaso ni tampoco una derrota,
sino una gran, grandísima victoria".
"Somos la suma de nuestras elecciones, pero también de nuestras no-elecciones. Es preciso asumir, y lamentarse no cambia el pasado".
¿Cómo hablar en pocas palabras de una historia tan bonita y que tanto me ha llenado? ¿Cómo transmitir todo lo que me ha hecho sentir sin hacer spoiler?
"Lo único que importa" es una novela llena de personajes y situaciones muy reales. Muy bien escrita, que llega dentro y toca nuestra parte más humana. Pero que también nos sensibiliza frente a situaciones de las que por suerte cada vez se habla más y tenemos más en cuenta. Con la cantidad justa y bien equilibrada de emociones Agnès Ledig nos hace vibrar, reír, emocionarnos y en ocasiones sentir impotencia y rabia pero también mucho mucho amor.
Es la primera novela que leo de esta autora y de no ser por la cantidad de veces que me la recomendaron en tan poco tiempo, la habría dejado pasar y me habría perdido una de las novelas más bonitas que leo en los últimos tiempos.
La forma en que está escrita y hasta los personajes y situaciones me recordaron un poco a Anna Gavalda, pero hasta ahí. No me gustan las comparaciones pero en ocasiones son inevitables. Esta autora es menos fatalista y en su novela las cosas buenas y la esperanza ocupan más espacio que lo negativo.
Roméo y Juliette son los protagonistas de esta historia tan especial. Ambos jóvenes a los que la vida les ha dado más palos que alegrías pero que aún así, tienen una capacidad muy grande para adaptarse a las situaciones por muy adversas que sean y tirar para adelante. No se conocen hasta un día en que el destino los une y con ellos a todo lo que los rodea. Son muy diferentes pero a la vez tienen mucho en común. Son supervivientes sin ser conscientes de ello o al menos no es algo en lo que se paren a pensar.
Una novela muy completa y que hace un repaso breve pero intenso a las relaciones personales. Nos plantea diferentes escenarios y situaciones muy interesantes, con subtramas paralelas que son tan o más bonitas que la trama principal. Con personajes muy variados y pintorescos de los que te enamoras nada más conocer.
Se lee muy rápido porque es breve pero también intensa. Me ha encantado y la recomiendo mucho. Pero al terminarla me he sentido un poco huérfana sin la compañía diaria que me brindaban estos personajes. Me hubiese gustado tener un poco más de tiempo con esta lectura, pero la he devorado. Me ha llenado y enseñado mucho no solo sobre mí sino también sobre las personas que me rodean. Invita a reflexionar sobre la vida en general y sobre cómo somos en privado, en las distancias cortas.