Las escenas de acción son buenas pero escasas, y el director, James Mangold, no siempre sabe resolverlas bien a nivel visual. Tampoco ayuda que el protagonista no cuente con personajes secundarios mejor dibujados. Ni entre los buenos ni entre los malos hay un compañero a su altura ni un rival poderoso. A pesar de que Hugh Jackman ha demostrado ser un actor más que solvente, su Lobezno tiene dificultades para aguantar él solo el peso de una película de superhéroes demasiado atada al drama, y no cuenta con un guión que le permita lucirse como debería. Salvo un par de escenas espectaculares, el conjunto se queda lejos de la aventura que podría haber sido en las garras de un personaje que ha sido capaz de generar una franquicia propia que ahora se ha debilitado. Lobezno no puede limitarse a ser una especie de guardaespaldas, ni a hacer turismo por Japón mientras vive torturado por su pasado. Esperábamos mucho más de su nueva película: un gran villano, una revelación vital, un secreto oculto, una apuesta visual fascinante (sobre todo teniendo en cuenta la serie de cómics en la que está basada la historia), la aparición de un nuevo personaje que nos permitiera dejar volar la imaginación de cara a nuevas entregas... algo que diera sentido a una nueva película, pero 'Lobezno Inmortal' no parece aportar nada más que un epílogo a la trilogía original (ya que este film se sitúa justo después de 'X-Men. Decisión final'). Guardándose alguna pequeña sorpresa en el guión, la historia avanza a trompicones y deja lo mejor para la media hora final, lo que provoca una buena sensación al terminar la proyección, pero no consigue disimular los altibajos de ritmo que, en algunas secuencias, dejan entrever la falta de personalidad de la propuesta. La trama reclama a gritos mucha más fuerza a todos los niveles, y Mangold consigue darla a medio gas.
A pesar de todo esto, hay que reconocer que 'Lobezno inmortal' es un entretenimiento muy recomendable para los fans de la saga, que siempre agradecen volver a reencontrarse con su superhéroe. No decepciona, pero apenas sorprende, lo que no deja de ser una oportunidad desperdiciada para profundizar en un magnífico personaje al que, por cierto, no le falta material interesante en el que poder basarse. Un entretenimiento que, sin embargo, quizá no deje demasiado contentos a los fans de los cómics.