Fue entonces cuando Domínguez convocó «secretamente» a través de Twitter a 30 personas, que por sus participaciones y compromiso le parecen las idóneas para iniciar esta travesía. «Personas que no se conocen de nada previamente empiezan desde ese mismo momento a trabajar con un objetivo común», comenta el portavoz y fundador a Efe.
La plataforma Lobo Marley «no es una ONG, es una sociedad civil» que tiene además la pretensión de acudir a los tribunales siempre que sea necesario para defender la pervivencia de esta especie: es «un movimiento ciudadano puro» del que se siente «orgulloso».
La plataforma impulsa ahora una campaña para invitar a los amigos de esta especie a lanzar aullidos ante una cámara y compartirlo en redes sociales.
«Se me ocurre que lobos y hombres son animales sociales y que el don de la palabra les asiste a ambos, ya que los lobos aullan y los hombres hablan», asegura el naturalista, que utiliza esta metáfora para recordar que «si los animales no hablan es, prácticamente, lo único que les falta». La iniciativa, además de ejercer como una herramienta de sensibilización social, pretende «celebrar» la existencia del lobo ibérico con el empleo del aullido como símbolo de «hermanamiento» entre ambas especies.
«Se trata de una campaña viral sin ánimo de lucro vinculada a las acciones de Lobo Marley y que demuestra la voluntad y el interés que los españoles tienen por la conservación de la naturaleza», según Domínguez.
El canal de Youtube donde se hospedan los vídeos, espacio que ha diseñado Roberto Zúñiga, está a punto de alcanzar las 16.000 visitas con casi noventa vídeos, en los que, solos o acompañados, aparecen aullando varios cientos de simpatizantes del lobo ibérico.