Muchas gracias, mi fiel rosa
por esa ausencia de espinas:
yo te llevaré en mi boca
por los vados que caminas.Allí donde quieras irte
yo te llevaré con dicha
aunque sea a otras manos
que serán definitivas.A lo largo de la ruta
llevarte será alegría.
Yo amaré el proceso,
tratando de que tus cuitas
sean todas mis batallas
y las heridas sean mías.Y si un mal azar se cruza
y hay alguna cruel mordida,
¡no me la tengas en cuenta!
pues cargarte en mi saliva
implica que a veces gruño
y mis colmillos se agitan.Más no temas, linda rosa,
que yo, en caso que gimas,
lloraré para que el agua
de mis ojos sea la dicha
que te alimente y anime,
para que lozana rías.Y así mi rosa viajera,
luzca más bella y más fina,
para al llegar a su destino
caiga en las manos propicias.–Álex Padrón, diciembre 2024