Estamos ya en plena época de celo para los lobos en Riaño, andando un poco en determinados sectores es relativamente fácil encontrar escarbaduras y pozos en lanieve con abundancia de excrementos de fuerte olor….y en ocasiones por las mañanas es posible escuchar algún que otro aullido solitario en la lejanía.Nuestra experiencia es que en esta época, los machos se olvidan de horarios, y dedican buena parte de su tiempo a marcar su territorio y a ganarse el derecho de aparearse con una de las hembras del grupo familiar.Esta actividad frenética y anárquica, a menudo pasa desapercibida, pero en realidad se desarrolla durante este periodo todos los años y es ciertamente sorprendente.Una de las mejores estrategias para avistar algún que otro lobo en estas semanas es simplemente buscar un lugar altivo, con buena perspectiva, y con la ayuda de los telescopios escudriñar cuerdas, altos y bordes de bosque, en busca de algún animales que se afane en marcar su territorio bajo un viejo roble o en el borde de un camino.La nieve, que somete a escobas y piornos es nuestro mejor aliado, ya que el campo de visión esta mucho más limpio de lo habitual. No obstante las observaciones suelen ser lejanas, pero no por ello menos satisfactorias.En una de estas esperas, la suerte estuvo de nuestro lado y un macho cruzó relativamente cerca de nosotros, aburridos ya de tantas horas de infructuosa observación, pasando al galope mientras seguía a otro lobo, hembra imaginamos, que no pudimos fotografiar.
Estamos ya en plena época de celo para los lobos en Riaño, andando un poco en determinados sectores es relativamente fácil encontrar escarbaduras y pozos en lanieve con abundancia de excrementos de fuerte olor….y en ocasiones por las mañanas es posible escuchar algún que otro aullido solitario en la lejanía.Nuestra experiencia es que en esta época, los machos se olvidan de horarios, y dedican buena parte de su tiempo a marcar su territorio y a ganarse el derecho de aparearse con una de las hembras del grupo familiar.Esta actividad frenética y anárquica, a menudo pasa desapercibida, pero en realidad se desarrolla durante este periodo todos los años y es ciertamente sorprendente.Una de las mejores estrategias para avistar algún que otro lobo en estas semanas es simplemente buscar un lugar altivo, con buena perspectiva, y con la ayuda de los telescopios escudriñar cuerdas, altos y bordes de bosque, en busca de algún animales que se afane en marcar su territorio bajo un viejo roble o en el borde de un camino.La nieve, que somete a escobas y piornos es nuestro mejor aliado, ya que el campo de visión esta mucho más limpio de lo habitual. No obstante las observaciones suelen ser lejanas, pero no por ello menos satisfactorias.En una de estas esperas, la suerte estuvo de nuestro lado y un macho cruzó relativamente cerca de nosotros, aburridos ya de tantas horas de infructuosa observación, pasando al galope mientras seguía a otro lobo, hembra imaginamos, que no pudimos fotografiar.