Nunca llegar a la final es un objetivo en sí mismo. Ganar la final es el objetivo.
Fiel a su estilo, Marcelo Bielsa dejó a un lado la euforia por haber alcanzado la final de la Copa del Rey y fue categórico a la hora de pensar en lo que viene. Por más que muy probablemente tenga que enfrentar al Barcelona en la final, el Loco fue clarito: sus leones no se conforman e irán por todo. Qué final se viene…
Ante la presencia de tan buenos resultados, resulta difícil no acordarse de aquellos que allá por el comienzo de la actual temporada se encargaron de aniquilar al técnico rosarino tras algunos malos partidos. Que los jugadores no sabían que hacer, que el Athletic no podía jugar así e incluso parte de la prensa española se atrevió a criticar su particular aspecto. ¿Dónde andarán escondidos esos personajes en este momento? Sabemos que el Loco jamás lo haría, pero tranquilamente podría empezar a ensayar alguna declaración al mejor estilo Maradona.
Mientras, en el campo de juego, el Athletic se parece cada vez más al equipo que quiere su técnico. Ayer salió convencido de que la serie no estaba definida y, con la mezcla perfecta de actitud y buen fútbol, pasó por arriba a la gran sorpresa de la copa, el CD Mirandés. El resultado fue 6-2 para dejar un global demoledor de 8-3 para los de Bilbao, que en la vuelta lograron que todos los goles lleguen tras grandes jugadas colectivas en las que se destacó la dinámica en los últimos metros, toda una especialidad de la casa.
La única verdad es que, pese a quien le pese, llegada la segunda mitad de la temporada, Marcelo Bielsa ha logrado mantener vivo a su equipo en todas las competiciones . En liga se encuentra a dos puntos de la zona de Clasificación a Champions League, en unas semanas deberá jugar los dieciseisavos de final de la Europa League ante el Lokomotiv, mientras que en la Copa del Rey sólo le queda esperar por su rival en el partido definitivo. Como si fuera poco, los rumores no paran de indicarlo como el posible reemplazante de Mourinho en el Real Madrid si es que el portugués se marcha al finalizar la temporada. La locura va por toda España.