Era un partido especial para él y terminó siendo un partido especial para todos. Para él lo era porque el que estaba sentado en el banco de enfrente era el mismo que lo escuchaba atentamente cuando daba sus primeros pasos en un banco de suplentes. Y fue especial para el resto porque ‘su’ Athletic Bilbao y el Espanyol de ‘su’ discípulo regalaron uno de los mejores partidos de este 2012. Lo empezó ganando, lo iba perdiendo, lo supo revertir y le sacaron los tres puntos en la última jugada. Marcelo Bielsa vivió un partido de locura en el 3-3 ante el Espanyol, en el que su equipo ha vuelto a demostrar que ya sabe a lo que juega.
El rival no era otro que el dirigido por Mauricio Pochetino, quien también pregona el fútbol vertical que tanto le gusta a Bielsa. El Bilbao fue el de siempre, con los desbordes por los costados y la habilidad de Muniain complicaba a toda la defensa. Un remate de De Marcos -tras la ayuda de la defensa y de Kiko Casilla- puso el 1-0. Pero la visita lo revirtió con los tantos de Romaric y Weiis. El ‘León’ herido fue en busca del empate y no solo lo consiguió (Llorente), sino que se puso 3-2 gracias a Javi Martínez. Y cuando San Mamés era una fiesta llegó el uruguayo Albín para aguar los festejos y sellar el resultado final.
Estoy triste pero no enojado. El equipo defendió bien, triplicó en ocasiones de gol al rival, intentó defender el resultado con la posesión, con ideas ofensivas, sufrió pocas llegadas del rival y la acción del empate se produjo tras un resbalón”
La conferencia
Entiendo que no hay mejor forma de defenderse que obligar al rival a que se adapte a un equipo que, a pesar de que ganar, sigue atacando”
Un Bielsa en su estado más puro, como lo está siendo este Athletic Club de Bilbao.
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