Casi al mismo tiempo que colgaba mi anterior nota LA ISLAMOFOBIA ES CULPA NUESTRA, llegaban las noticias sobre otra barbaridad islámica, salvaje y medieval en Paris, y esta vez contra los medios de comunicación y claramente contra la libertad de expresión.
En esta ocasión los periodistas han hecho algo que honra a su profesión, o al menos a buena parte de ellos, porque a las pocas horas, tanto muchos periódicos como Internet, estaban llenos de las caricaturas por las que los descerebrados mataron a los dibujantes, y muchas otras nuevas alrededor del mismo tema, como para demostrar que la locura islámica no acabará con la libertad de expresión.
Pero como no podía ser de otra forma también hay periodistas, todavía demasiados, que están muy preocupados porque el atentado aumentará todavía más la islamofobia, hasta el extremo que más de uno parece más dolido por este seguro aumento del odio al Islam que por sus colegas asesinados en Charlie Hebdo. Y está mi querida y admirada Dolors Bramon (notas del 23 y 27 de septiembre pasado) que de quien se compadece es de los pobres musulmanes que ahora serán acusados una vez más, con total injusticia y con ánimo de insultar, de terrorismo, cuando nunca han roto un plato.
El periódico del jueves 8 publica el artículo de Dolors Bramon que adjunto, aunque si opináis más o menos lo mismo que yo sobre el Islam os recomiendo no leerlo de pie sino bien sentados.
Antes de que leáis el artículo o mis comentarios sobre el mismo es conveniente saber que esta vez no solo la reacción del supuesto Islam moderado condenando el atentado como siempre se ha limitado a una minoría que también como siempre y como justificación han mencionado que las caricaturas eran una falta de respeto, sino que los dos principales periódicos islamistas de Turquía publicaron en su web mensajes de felicitación a los asesinos que posteriormente suavizaron anunciando solo que habían vengado al profeta y volvieron a suavizarlos informando solo que habían matado a los que insultaron al profeta.
Leyendo ya el primer párrafo del artículo uno llega fácilmente a la conclusión de que la inmensa mayoría de las condenas del atentado han sido efectuadas por multitudes de musulmanes de todo el mundo incluyendo Arabia Saudita, Irán, Libia, los Emiratos, Turquía, etc., lo que no precisa demostración porque todos hemos visto los millones de manifestaciones de condena del ataque por parte de musulmanes que han aparecido en todos los medios de comunicación, que por una vez no los han ocultado como hacían siempre para perjudicar al Islam. (Me gustaría saber que fuma o se inyecta esta señora, porque sus visiones fantásticas son una maravilla).
Sus visiones fantásticas continúan porque al final del segundo párrafo llega al extremo de argumentar como una de las razones fundamentales para no llamar islámico al terrorismo practicado por musulmanes el hecho de que nunca hemos calificado de católico el terrorismo de ETA, eso sí, no se acaba de atrever a afirmar que el Estado Católico equivalente al Estado Islámico ya existe en el Vaticano y desde hace siglos. El efecto alucinógeno ya debía estar en niveles bajos.
Como todos los mentirosos acaba enseñando la patita, porque afirma que caricaturizar a Mahoma con una bomba por turbante fue un error y una falta de respeto. Mira por donde la señora forma parte de los intelectuales buenistas que están dispuestos a llegar al extremo de suprimir nuestra libertad de expresión y quien sabe cuántas cosas más para contentar al Islam radical.
Se atreve a decir que si confundimos terrorismo con Islam es porque estamos muy mal educados, y aquí no haré comentarios para evitar palabras muy malsonantes.
Según ella Yihad no quiere decir guerra. Será en su peculiar Corán, porque en el que yo leí la palabra se refería al conjunto de obligaciones del buen musulmán, entre las que de forma clara y repetida está el matar sin contemplaciones a cualquier infiel que se rebele contra la imposición del Islam.
Su último párrafo es todo un poema, no solo da el pésame a los familiares de las víctimas, también a los verdaderos musulmanes que tan maltratados son por occidentales sin escrúpulos como nosotros.
Al artículo en la página web de El Periódico añadí el siguiente comentario:
“Esta señora sigue empeñada en que el Islam es una organización benéfica. Hace años leí el Corán y lo hice en Siria, o sea que no creo que me engañasen con el texto, y en más de un versículo dice que a los infieles que no quieran convertirse al Islam ni aceptar la sumisión la orden es matarlos, y también en más de un versículo dice que el buen musulmán debe saber utilizar el sable, las armas, para defender su religión”.
Si algún día vuelvo a añadir comentarios a artículos de esta señora preguntaré las fechas de sus peregrinaciones a La Mecca y Medina.
Solo espero que este desgraciado, salvaje y demencial asesinato marque el punto de inflexión a partir del que nuestros gobiernos se tomen en serio la amenaza islámica.