En el año 1945, París recién liberada fue testigo del encuentro de diferentes voluntades exiliadas -entre ellas la del general José Riquelme o el ministro Julio Just-, que confluyeron en la creación de la Logia Iberia.
Los masones españoles que siguieron la senda del exilio francés, se agruparon también en otros talleres, caso de la Logia Toulouse, o de las también parisinas España y Plus Ultra, estas dos últimas federadas en la Gran Logia de Francia.
Será un honor poder participar e intervenir en este acto, pues además de reencontrar a viejos y buenos amigos, podré compartir un momento de emoción intenso al que trataré de aportar el testimonio de quienes, tantos años después, hemos asumido el compromiso de volver a reivindicar en nuestro país el humanismo y la justa razón frente a la barbarie.Et si omnes, ego non.