La Logoterapia es un tipo de terapia cuyo objetivo fundamental es ayudar a encontrar sentido a la vida. Aunque sus objetivos no se limitan exclusivamente a la terapia, sino que también puede servir de inspiración a la educación, de orientación ante las dificultades de la vida o como instrumento de reflexión e introspección. En la educación no estaría nada mal guiar a las personas a encontrar sentido a sus vidas en lugar de meterles tanto dato en la cabeza, que muchas veces se olvida y no sirve para nada, o al menos, no sirve para vivir mejor o para ser mejores personas…
Viktor Frankl, un psiquiatra judío de Viena, desarrolló la Logoterapia. Sus terribles experiencias en campos de concentración nazis durante varios años, además de la pérdida de su familia en los mismos, fueron duras pruebas para sus teorías, que él mismo aplicó ante su sufrimiento y el de sus compañeros en el campo. Nos mostró como se puede encontrar sentido a la vida, aún en las más penosas circunstancias, mediante su relato de la experiencia vivida en su libro “El hombre en busca de sentido”. Un libro conmovedor e inspirador a un tiempo, que nos va mostrando como pudo este hombre mantener su integridad psíquica en medio del horror. Su testimonio nos puede servir para darnos cuenta de cómo enfrentarnos a las dificultades de nuestras vidas, pues aunque no vivamos en un campo de concentración, podemos vivir algo parecido si llegamos a situaciones de gran sufrimiento. Otro libro que nos puede acercar a sus vivencias, de una forma aún más amena y llena de sensibilidad, es la novela de Rafael de los Ríos, sobre la vida de Frankl, titulada “Cuando el mundo gira enamorado”. Una joya muy recomendable.
Hoy en día su mensaje vuelve a ser actual, ante la crisis de sentido y de valores que experimentamos en muchos lugares del mundo. Se está reactivando el interés por la visión de Frankl y revalorizándose sus aportaciones. También hoy en día necesitamos sentido, congruencia, valores y fortaleza para afrontar las diversas adversidades sufridas. Incluso, aunque no estemos sufriendo, podemos inspirarnos en la Logoterapia para tender una mano ante quienes sufren a nuestro alrededor, mostrándoles señale para que busquen sentido a sus vidas.
Hace unos 20 años cayó en mis manos su libro “El hombre en busca de sentido” y sentí alivio por ver que la psiquiatría podía ver más allá de lo que me habían enseñado como únicas posibilidades en la universidad: fármacos y en mejor de los casos terapia cognitivo-conductual y un poquito de desarrollos actuales de psicoanálisis, pero poco más.
La Logoterapia me abrió un camino de ver al paciente como un ser humano digno del máximo respeto, al que había que ver como ser global, con cuerpo, mente y espíritu. La antropología integral de la Logoterapia fue oxígeno para mis neuronas y su apertura a que cualquier enfoque de terapia pudiera ser aplicado con ella, una revelación. Como decía Frankl, hay que usar todo aquello que pueda ayudar al paciente, viendo a cada uno, como un ser único e irrepetible. Su planteamiento es más cercano con el paciente, menos aséptico, más integrador. Aunque muchos puedan decir que es poco científico. Si no, que me lo digan a mí, por las dificultades que tuve que afrontar cuando quise hacer una tesis doctoral con este enfoque. Años después, una vez terminada, fue mejor comprendido y aceptado lo que hice, menos mal. Y hoy en día, es más demandado este enfoque desde la ciencia; hay más estudios científicos que apoyan su pertinencia y más personas que demandan esta terapia. La cantidad de publicaciones científicas con temas relacionados con la Logoterapia está creciendo exponencialmente.
Si queréis saber un poquito más, os invito a leer un resumen que escribí hace años en mi web titulado "¿Qué es la Logoterapia?". Que por cierto, es la sección de mi web con más visitas. Tiene 10 veces más visitas que cualquier otra sección, lo cuál es una prueba más del resurgir del interés en la misma… Por suerte una posibilidad más de que la Psicología recupere su alma, el alma humana.