- ¿Sobre qué escribía?- Sobre sí misma.- ¿Sobre su vida?- No. Sobre su manera de contarla.
Un pero. Imaginemos la fachada de un edificio en el momento en que sus pisos están habitados y se puede ver a sus habitantes a través de las ventanas; pero en el que, a un tiempo, se pueden ver también a los obreros a medida que lo van construyendo desde sus cimientos. Eso me sucedió a mí con este libro: mientras lo leía, iba viendo cómo su autora lo fue construyendo. Sus trucos estilísticos, por así decir. Pero ya digo: una lectura más que recomendable.
25
Fui a ver a un tatuador en la Ciudad de México y le pedí que copiara, en mi cuerpo, mi letra. Y entonces se la escribí en un papel de color blanco con un vulgar bolígrafo azul, y él puso desodorante en el reverso de aquel papel escrito y me preguntó:- ¿Dónde lo va a querer?- En mi seno izquierdo -le dije.Y el tatuador me pegó el papel para que se estampara la letra, la resiguió y la dejó marcada, para siempre, con indeleble tinta negra.Y yo, desde donde soy capaz de ver, puedo leerla.Y he contado este momento tantas veces que está a punto de ser verdad. Me falta muy poco para creerme que la letra que llevo tatuada en el pecho es, en efecto, la mía.
Lolita Bosch. AHORA, ESCRIBO. Editorial Periférica, Cáceres, 2011.