¿Es el sexo un juego de niños? ¿o una perversión de adultos? Al leer Lolita nos invade una sensación ambivalente, como la de Humbert Humbert: por un lado la delicadeza de sus palabras que nos obliga a detenernos y quedarnos lelos contemplando sus frases, como quien mira una flor o un paisaje, apreciando la belleza de su lenguaje. Pero por otro, el interés de la historia es tal que produce una turbación, casi un deseo animal por conocer el final, por tratar de entenderlo, como la desesperación de un amante por saciar su sed de placer.Hay cambios en la trama, hay sorpresas, apero sobre todo la riqueza sensorial y verbal es lo que nos deja babeando, como si fuéramos unos pedófilos, deseando un edición intonsa de la novela a la que ir desvirgando suavemente, página a página. Sus silencios, las frases no dichas, la fina ironía, el humor elegante, la complicidad con el lector, los constantes cambios (aparentes) de primera a tercera persona, los deliciosos guiños, los juegos de palabras intraducibles... Ay Lolita, Lolita, realmente me traes loco.Y en medio de muchas otras cosas, los protagonistas recorren, cual Alicia y el conejo, ese otro país de las maravillas: los Estados Unidos y sus, en esa época, 48 estados (la obra se ubica en 1947). Una laaaaarga enumeración de todos los lugares visitados, mirados, probados, saboreados, en el capítulo 2 de la Segunda parte, que haría dudar a El Aleph de Borges.Figuras como la de un gorrión peleando por un pan durante una escapatoria en auto. Que un personaje recite un poema antes de ser asesinado. Poemas, cartas, referencias de Shakespeare a Joyce.Humbert Humbert es un "cazador encantado" de frases y de púberes. Con ínfulas de nínfulas, burlándose de sí mismo: una libra de carne y dos ojos, monstruo pentápodo. hay una parte al final en la que se menciona algo en lo que sospecho fue la inspiración de El vengador del futuro para esta escena:
"(...) la buena Charlotte me interrogó acerca de mis relaciones con Dios. Pude responderle que en cuanto a eso, mi espíritu estaba en blanco; en cambio dije –rindiendo tributo a una piadosa trivialidad– que creía en un espíritu cósmico" (p. 84).
"(...) Me preguntaba para qué clase de cuádruple juego se había ideado tal disposición, ya que sólo una farisea parodia de intimidad podía obtenerse mediante el tabique incompleto que dividía la cabaña o cuarto en dos nidos de amor comunicados. Con el tiempo, las posibilidades sugeridas por tan honesta promiscuidad (dos jóvenes parejas intercambiando alegremente sus compañeros, o un niño sumido en un sueño ficticio para ser testigo auricular de sonoridades primitivas) me hicieron más audaz" (p. 159).
Y el genial intro: (que solo se aprecia en la versión original)
"Lolita, light of my life, fire of my loins. My sin, my soul. Lo-lee-ta: the tip of the tongue taking a trip of three steps down the palate to tap, at three, on the teeth. Lo. Lee. Ta".Triple aliteración con dos letras del nombre de la dama (l y t) más una breve con la s (para sin y soul). Todo un viaje con la lengua, como el de los protagonistas.
Ahí donde la espalda cambia de nombre y se llama contratapa, eso que no es lo más importante, pero que es lo primero que ven muchos, aparece un buen resumen de esta novela: Es la única obra "erótica" que puede llamarse satisfactoria y de lirismo desenfrenado.