Lolo, un caso muy especial.

Por Mapi655 @Mapi100
Copio del blog http://elguadianaylatrailla.blogspot.com.es/
Los que leéis habitualmente este blog, sabeis que nunca se ha utilizado como difusión para casos concretos o como plataforma para buscar adopción para los animales que hemos rescatado. El de hoy es un caso especial y su historia se remonta a hace más de dos años, en el corazón de Extremadura.
Fue una mañana de invierno de 2010, en la que yo salí en coche desde Badajoz a Mérida bajo una pertinaz lluvia y con mucha prisa para llegar a una cita de trabajo temprana en la capital de Extremadura. Al pasar por Talavera la Real a más velocidad de la que dice el reglamento pude ver con el rabillo del ojo, lo que me pareció la figura de un perro atropellado en la mediana, otro más, pensé. Por su posición y la pinta que tenía, en esa décima de segundo crei que era lo que parecía, otro perro abandonado muerto, otro de caza, el fin más común de los no validos para los cazadores.
Dos horas después hice el trayecto de vuelta, no había parado de llover, y cuando pasé por el mismo punto algo me llamó la atención. O yo me había levantado ese día muy acartonado, o el perro estaba en otra posición. Cuando conseguí hacer el cambio de sentido y acceder a la mediana le pude ver. Tirado en un charco, tiritando, de frio, de miedo y de dolor. Una de las escenas más duras que he tenido que ver en las carreteras. Intentaba huir de mi moviendo las patas delanteras, el resto del cuerpo estaba paralizado. Grabé la escena para denunciarlo públicamente, pero estaba tan nervioso que no debí hacerlo correctamente y luego no había nada en la cámara.
Cuando yo estaba tratando de calmar al perro bajo el agua y pensando como iba a ser capaz de moverlo hasta mi coche cruzando la A-5, llegó la Policía Local de Talavera la Real, aquello fue una parte más de la miserable historia de Lolo. Lo podríamos situar a la misma altura de aquel que le abandonó, o del que le atropelló y no detuvo su marcha.
Lo primero que quería hacer la Policía era coger al perro (inmóvil de cintura para abajo) con un lazo y parece que pretendían llevarlo colgando hasta meterlo en el coche patrulla. Ahí me di cuenta de que la policía no me ayudaría ese día. Le metí en mi coche, y me acompañaron a la entrada del pueblo para hablar en un sitio más seguro. Al fin y al cabo, lo que hubieran hecho ellos, era dejar al perro en un almacén del pueblo, y esperar que en unos días llegara el coche recoge-perros de la Diputación y se lo llevara a Olivenza. Sin lectura de chip, sin veterinarios, sin protectoras, sin nada. Es duro decirlo, pero para hacer eso con un perro herido, más vale pegarle un tiro ahí mismo y acabar con su sufrimiento.

Lolo, un caso especial


Ese día empezó una nueva vida, que le llevó a distintos veterinarios y buenas personas. Una vida dura, con operaciones, convalecencias y recuperaciones, pero con personas que le querían y le cuidaban. Su columna vertebral no estaba rota, y fue recuperando la movilidad poco a poco, lo único que finalmente dejó en aquella maldita autovía fue la posibilidad de recuperar una de sus patitas de atrás, que finalmente perdió.
Hoy, dos años después, sigue en casa de la persona que lo acogió en Extremadura, es un perro tímido pero muy bueno. Todavía no ha podido recuperar la confianza plena en los hombres, pero es bueno y cariñoso con aquellos que le miman y le cuidan.

Lolo, otoño de 2012


Ahora, por necesidad de la persona que le ha cuidado todo este tiempo, hemos de encontrar una casa definitiva para él. Los que hemos compartido con él los momentos malos sabemos que es un animal lleno de amor, y que aunque siga siendo tímido con los desconocidos, hará muy feliz a aquella familia que le de su definitiva oportunidad. Para mi, y para todos los que hemos estado con él en este tiempo, esa sería una prueba de que al final de todo, la protección animal tiene sentido.
Contactos:
Rosa,
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O yo:
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Peralvin