El protagonista de esta historia es una persona muy importante dentro del ámbito de la Facultad de Derecho, y no porque sea un Catedrático de renombre o un alumno con brillante expediente; se trata ni más ni menos que de "El Bardo" mundialmente conocido por darle de comer a tantas y tantas generaciones de juristas que han pasado por su pequeña pero encantadora panadería, llena de imágenes de Semana Santa; en sus vitrinas puedes encontrarte latas de KAS que yo me atrevería a aventurar que son las primeras que salieron. En una esquina tiene una caja registradora con lo menos 50 años encima, pero lo mejor de todo que no puede faltar son lo molletes.
Últimamente está tristón, desde que a los de Derecho nos mandaron al "Palacio del Pladur" de Viapol, las ventas le han bajado sustancialmente, aunque aún quedamos un pequeño reducto de fieles que siempre que podemos le hacemos una visita.
Hablando con él el otro día, me comentó que a parte de que se notara que todos los mamondris de Derecho ya no estuvieran por ahí, iban a hacer obras en la Estación de autobuses del Prado, dejándolo como garaje; es decir, que tanto viajeros como personal autobusero, dejarían de rondar esas calles, haciendo que las ventas en el negocio bajaran aún más; "el alcalde este ná más que quiere dinero pá él, vamos igual que el otro" palabras textuales que acompañaba con un movimiento de manos introduciéndola en el bolsillo. Me alegró ver que tenía la misma vitalidad de siempre.
Desde aquí hago un llamamiento para que se le visite en masa y poder disfrutar de un molletazo explosivo con todos sus avíos.