London Boulevard nos cuenta la historia de un preso, Mitchel, que, recién salido de la cárcel, es contratado para proteger a una estrella famosa con la que entablará una relación personal. Pero su pasado y la gente que forma parte de él no le dejaran librarse de los asuntos turbios tan facilmente cómo el pensaba.
Se trata de un ralato negro, que mezcla varios estilos y no se decanta por ninguno. Podemos ver influencias tanto del cine de Martin Scorsese como de Guy Ritchie. Navega entre ambas aguas, creando una forma muy peculiar y que, todo hay que decirlo, no acaba de cuajar con la historia. Y, es que, hay imágenes muy duras y de una violencia directa que no cuadran muy bien con el ritmo tranquilo y algo extraño o extravagante de la película (como ejemplo los personajes tan peculiares que pueblan el film, todos ellos pasados un poco de rosca). Las situaciones que vive Mitchel forman parte de un cuento de hadas cruel del hampa, algo oscuro y turbulento, pero que no prepara suficientemente al espectador para observar en momentos determinados una extrema crudeza implicita en la realidad de los personajes.
Destaca el trabajo serio de los actores, todos bastante bien y, sobre todo, el villano encarnado por Ray Winstone, muy parecido a otro que vimos hace poco (no doy pistas).
En fin, una película de cine negro moderno, aceptable, pero que viniendo de un guionista tan talentoso hacia presagiar una historia mucho más interesante y sorprendente. Per, es que hay algunos que nacieron para escribir y otros para llevar las palabras al cine. Es pronto para aventurar, así que le daremos una segunda oportunidad a Monahan, ya que esta primera incursión no es tan decepcionante. (4/10)