Desde su nombre hasta su equipamiento, la clase “Lechner”, como la conoció Espínola en su primera participación en los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, sufrió innumerables cambios. El nombre de la clase y la tabla a utilizar fueron modificándose con los años. En la aparición del windsurf en los Juegos, en 1984, a la prueba se la llamó Winglider por que ese era el nombre de la tabla. En Seúl 1988, el Comité Olímpico Internacional, que previo a cada Juego designaba una nueva, eligió las Olímpicas División Dos, que otorgaban mayor estabilidad. En tierras españolas, cuatro años después, la tabla empleada fue la “Lechner”. A partir de los Juegos de Atlanta 1996, la clase se denominó “Mistral One Design”, y se mantuvo con ese nombre hasta Beijing 2008, cuando la ISAF declara que la nueva tabla olímpica es RSX de Neilpryde. Justamente, RSX es el nombre actual de esta prueba.
En la ciudad del Big Ben, hay solo dos argentinos compitiendo en windsurf: Mariano Reutemann y Jazmín López Becker. Ambos, cordobeses, maestros del viento y del agua, buscarán hacerse de una medalla. Reutemann, con 35 años y con experiencia en los Juegos, en Atenas finalizó 15° y en Beijing 2008 21°, afirma que su meta es entrar en los 15 mejores del mundo, “cosa bastante ambiciosa, ya que el actual nivel de la flota internacional es muy alto y desde el primero al vigésimo lugar de la general nadie tiene un puesto asegurado”. Mientras que López Becker, 15 años más joven que Reutemann, piensa en proyectar a futuro, pero “la proyección es claramente a los Juegos del 2016 y del 2020”.
Mientras Reutemann y Becker pelean en Europa, en la página para crear peticiones, www.change.org, fanáticos de la tabla han realizado un pedido para que el Windsurf, o “Mistral Design One”, o “Wingleder” siga participando de los Juegos. Mientras Reutemann y Becker pelean en Europa representando a Argentina, el Windsurf pelea vía internet su permanencia en el olimpismo.