La firma rusa Bosco di Ciliegi fue la encargada de realizar el diseño y de fabricar toda la indumentaria española. La polémica surge por la necesidad de ir a buscar a Rusia una compañía de ropa para este propósito y encima con tal rara estructura.
Finalmente el Comité Olímpico Español afirmó que las prendas fueron autorizadas y dicen que no afectará en lo más mínimo el ánimo y el rendimiento de los atletas, aunque claramente la elección no fue estética sino económica.