En España (Londres) no hay futuro. Da igual que estudies una o cinco carreras, que sepas inglés, francés o alemán, que trabajes ocho o doce horas, que tengas mucha o poca experiencia. Da igual todo eso, y más, porque la mayoría de los trabajos exigen la vida y, a cambio, dan nada.
En España (Londres) no hubo nunca futuro. No lo hubo nunca porque contamos hasta que la memoria me alcanza con un sistema educativo podrido, un tinglado político corrupto, unos pijos-superguaydelparachupiguay dirigiendo el mundo, una monarquía que nos parece ¡guapa! y una iglesia a la que besamos el anillo.
Y Londres (España) estalla. Estalla y arde porque a las personas marginadas por el sistema, a las que nunca tuvieron esperanzas, se les ha unido la crisis originada por los que les han machacado siempre; por los que siguen machacándoles con sus recortes y sus porras; por los que les dicen “ven, que te robo todo”. Es así de sencillo. O sabes inglés y te las piras o estallas y te pegas con ellos hasta en el carné de identidad.
Advertisement