Londres tiene unos parques muy grandes. Si quieres pasearlos con tiempo y sosiego puedes llevar la tortilla y el agua en la mochila; podrás disfrutar de hermosura y paz, sentarte en el permanente frescor verde, conversar con multitud de aves, con la naturaleza, soñar…
Uno de estos hermosos, concurridos y silenciosos parques es Hampstead Heath. Desde nuestra concepción de espacios, seguramente debería nombrarlo como un extenso monte. Allí empleamos tiempo entre la multiplicidad de vida y el disfrute de matices de luz.
Nosotros queremos encontrar Spaniard’s Inn. Esta acogedora taberna de la segunda mitad del siglo dieciséis, fue lugar de descanso e inspiración de diferentes escritores. Su interior guarda aquel añejo recuerdo que transportaal visitante a siglos pasados; su conjunto es remanso para quien llega cansado. Aquí está el mismo banco donde Dickens pasara otrora largo tiempo con su pluma y su preocupación social plasmadas en sus textos.Había nacido en febrero de mil ochocientos doce, se dedicó a tareas de periodismo durante gran parte de su vida, siempre tuvo inclinación hacia la profesión de actor.
Londres es muy grande. Se puede recorrer sin prisa siguiendo alguna guía, callejeando a la deriva del pensamiento…Hoy estamos siguiendo los pasos de Charles Dickens y su lírico lamento social lleno de fortaleza. Su museo en el número cuarenta y ocho de Doughty Street tiene menos nombre que los grandes museos londinenses. Vayamos por las calles ha conversar su nombre y su literatura.
Su nombre está sonando constantemente en el literario barrio de Bloomsbury donde vivió unos cuantos años en Great Russell Street. Allí nos detuvimos un tiempo a conversar con Oliver Twist quien nos comentó que fue el primer niño protagonista de una novela inglesa, que además asistió a su propio crecimiento durante más de dos años pues aparecía en fascículos semanales, según el gusto de la época.
Este espacioso barrio de Londres tiene presencia de Virginia Wolf y otros ilustres nombres entre las hermosas edificaciones victorianas que engrandecen mucha parte de Londres y también este lugar cercano al British Museum. Miramos hacia la multitud de habitantes que van y vienen sin detenerse en su constante laboriosidad, pero siempre desde la calma. Y nosotros también aprendemos a mirar sin tiempo los pequeños parques, los grandes árboles, los continuos cantos de aves que envuelven en sosegada pausa el permanente trasiego de múltiples vehículos.
Conoció Charlie Dickens la dureza injusta de la vida por motivos de esclavitud, contra ella escribió siempre y contra todo maltrato humano. Dickens autor lleno de fortaleza y sensibilidad, de profundo conocimiento de la vida y de búsqueda constante de igualdad, murió el nueve de junio de mil ochocientos setenta. Esta enterrado en la Abadía de Westminster en la llamada “esquina de los poetas”.
Nunca quiso que se le dedicaran estatuas ni monumentos. Sus libros son estelas y luz… Siempre será posible recordar su “Canción de Navidad”, siempre podremos pasear y tomar una pinta con David Copperfield. Siempre tendremos ocasión de sentarnos a conversar con Charles Dickens en cualquier recodo, en cualquier lugar de este amplio mundo.
Javier Agra.