Los datos sobre salud y longevidad de quienes anuncian que el calentamiento global provocará la extinción de la vida en el planeta chocan con otros estudios científicos que señalan lo contrario: la esperanza de vida en los países más ricos, y por tanto más contaminados y contaminantes, crece aceleradamente.
La idea dominante es que el planeta se muere por el cambio climático de origen antropogénico, como ha dictaminado el IPCC, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático de la ONU.
Añadiéndose a estadísticas anteriores sobre la creciente longevidad de la población mundial, pobre y rica, acaba de aparecer una investigación anunciando que la esperanza de vida de las mujeres de 35 países desarrollados superará los 90 años en los próximos 15 años, y que los hombres, con una media de tres-cuatro años menos ahora, se acercarán a esa edad.
La investigación, publicada en la prestigiosa revista científica The Lancet fue dirigida por James Bennett y Vasilis Kontis, ambos del Imperial College de Londres, del Consejo de Investigación Médica de Reino Unido y de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.
Los españoles de ambos sexos se encuentran entre quienes llegarán a las mejores cifras del mundo, en las que están también coreanos, japoneses y franceses.
Los estadounidenses, aunque mejorarán su longevidad, se mantendrán en la cola, con tres años menos de vida que los primeros; el motivo es su género de vida y creciente obesidad entre grandes grupos de ciudadanos debida a la alimentación.
Aunque la contaminación ambiental mate más a las personas débiles de cualquier parte, el calentamiento global no parece tan apocalíptico como nos anuncian los calentólogos; y curiosa nota marginal, el Madrid de la perenne boina gris es la localidad con mayor longevidad de España.
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SALAS