...pero no me enrollo y vamos al lío, ¿no?
1. LA PIEL: Como se trataba de lograr un aspecto favorecedor, resaltando lo mejor de cada una, preparé la piel con la prebase de Guerlain de meteoritos tras mi hidratante habitual. Unos minutos después usé la base de Chanel Pro Lumiere, que ha sido una de las mejores compras que he hecho últimamente: deja una piel ligera, sin imperfecciones y tremendamente luminosa. Tras aplicar mi corrector habitual para el contorno de ojos (Prolongwear, de MAC), apliqué con mesura unos polvos de maquillaje mineral para sellar el acabado del rostro.
2. LA MIRADA: A la hora de trabajar el ojo era importante la luz también, así que igualé la superficie de todo el párpado con una sombra vainilla. Para crear profundidad, utilicé una color carne en el párpado móvil, que da un aire más natural que la vainilla y marqué muy suavemente la cuenca con una marrón chocolate.
Curiosamente, buscando buena luz, me hice las fotos con un espejo detrás. Al final fue como un juego...Absolutamente desnuda, en el espejo. Y tan feliz. Parece simple, pero tiene tarea, ¿no creen?