Para trabajar los ojos, busqué entre las sombras de mi colección aquellas que fuesen bien con los tonos del collar trenzado, y finalmente seleccioné una Platinum de Deliplus oro viejo y una Colour Sphere de Kiko en marrón chocolate con destellos cobrizos. Para potenciar el tono de bronce, apliqué previamente en crema una sombra MUFE en la zona externa del ojo.
Y ya ven el resultado: un degradado ligero desde el lagrimal y primer tercio, en tono más doradito, que vira a rojizo en el resto del párpado. Finalmente, y como suele ser costumbre en mí, maticé la cuenca con un tono mate, de color marrón chocolate como el propio vestido.
El resto, hasta la ceja, es sombra mate en color piel para difuminar. Terminamos el párpado superior con el delineado.
A ras de pestañas opté por el marrón chocolate del lápiz automático de Sleek, que va genial a este tipo de tonos, y un toque de beige en la waterline para no oscurecer demasiado la mirada. Máscara, y ya hemos acabado los ojos.
Como ya han visto, el resto del maquillaje es discreto: un toque de iluminador Kiko, colorete coral de LOLA y el modesty de MAC que les enseñé aquí, junto con un toque de gloss para darle algo de brillo.
Aunque no hice foto del peinado por detrás, se trata de dos simples trenzas de raíz con la raya en medio, cuyos mechones sobrantes recogí en un moñito. Es un recogido muy cómodo y versátil para esta época que he repetido a menudo.
¡Y esto es todo! Una mezcla con la que me sentía cómoda, y favorecida, porque me encantan los vestidos y complementos de inspiración griega. ¿Y a ustedes? BESOS!!