Rian Johnson es uno de los directores más eficaces de los últimos años. A muchos nos entusiasmó Brick, que no recuerdo que se estrenara en cines y que tuve que buscar en el emule. Su siguiente película, The Brothers Bloom, en España ni siquiera está en dvd y tampoco recuerdo que se distribuyera en cines. He esperado tanto su estreno que, sin darme cuenta, ya han pasado años… Tendré que recurrir al emule, aunque a mí me gusta ver las películas en pantalla grande.
Johnson sabe coger un género y actualizarlo, dándole la vuelta e incorporando elementos del mainstream y del pop. En Brick trasladó el modelo de la novela negra al instituto de una localidad norteamericana. Hoy ese peliculón ya es de culto. También lo será, lo está siendo, Looper. En Looper, apoyándose en un reparto de estrellas (Bruce Willis, Joseph Gordon-Levitt en uno de sus mejores papeles, Jeff Daniels, Emily Blunt, Piper Perabo) y de actores del cine independiente (Paul Dano, Garret Dillahunt), ha tomado las tramas de ciencia-ficción de los viajes en el tiempo y le ha aplicado numerosos toques propios del western (la indumentaria de los matones encargados de atrapar a los loopers, el uso de pistolones y trabucos, los careos entre Willis y Gordon-Levitt, etc), sin olvidar referencias evidentes a otras películas de temática similar (se nota la influencia de las sagas de Terminator y de Regreso al futuro), al género policíaco (esas corbatas con camisa y chupa de cuero remiten a un montón de títulos, empezando por Seven y retrocediendo hasta el noir de los años 40) e incluso al cómic (la biografía y trayectoria de El Fundador, ridícula traducción del apodo del personaje original, The Rainmaker, es característica de la de un villano de tebeo); tampoco olvido que la influencia de Philip K. Dick es notable.
A mí me ha gustado mucho. Más allá de las referencias, de los numerosos detalles que pueden pasar desapercibidos si el ojo de uno no es rápido (por ejemplo: aconsejo fijarse en la decoración del cuarto del hijo de Emily Blunt… clave para entender un par de cosas esenciales en la película), del ritmo endiablado del filme en su primera mitad, lo más interesante reside en los paralelismos y oposiciones entre Joe joven (Gordon-Levitt) y Joe maduro (Willis) desde su primer encuentro. ¿Cómo se ve uno a sí mismo dentro de 30 años? ¿Reconoce sus propios ojos? ¿Qué ocurre cuando el hombre maduro que ha sentado la cabeza se topa con su yo juvenil, un tipo ducho en apartarse del camino recto? ¿Apreciarías a tu yo viejo, si lo vieras de frente? ¿Cómo miras al pasado, cuando eres consciente de los errores antiguos? Todo ello es lo que vuelve aún más interesante esta película. Probablemente vendrá alguien a hablarnos de las paradojas espacio-temporales, de cómo no es creíble ir cambiando el futuro a voluntad, etc. Pero nos da igual. Es una película. Es ciencia-ficción. Si comulgas con Terminator, habrás de comulgar con Looper, la película en la que los sicarios matan a quienes sus jefes les envían desde el futuro… hasta que les ordenan asesinarse a sí mismos (30 años después) para cerrar los bucles que abrieron.