2.- Por la Puna, entre salares, ruinas y bellezas naturales.
Importante poblado del Circuito Andino, el pequeño San Antonio de los Cobres persiste en el extremo noroeste de la provincia de Salta, posicionándose como el centro urbano más elevado de todo el país. Se trata de un típico pueblo de la Puna salteña, el cual debe su reconocimiento a la condición de parada del mencionado Tren a las Nubes, que viniendo desde la capital provincial llega hasta el Viaducto La Polvorilla. Para el hombre, la Puna es un ambiente hostil: la altura es sinónimo de baja presión atmosférica y por tanto de menor cantidad de oxígeno en el aire. No obstante, la atracción de los Cobres compensa de sobra el apunamiento o soroche, como se le llama en la zona. El pueblo se ofrece con todo su esplendor de leyenda y riqueza mineral, en tanto la fisonomía indígena atrapa con su arquitectura sencilla y el paisaje circundante asombra al visitante.
3.- Los dinosaurios de la patagonia argentina.
Se ha rescatado el 80% del material fósil del ejemplar, que se conserva en estado óptimo. Se trata de un carnívoro con extremidades delanteras reducidas, de andar bípedo y con tres dedos en cada pata. Medía 13,5 m de largo y su cadera podía alcanzar 4,6 m. Se calcula que en vida pesaba alrededor de 9500 kg. Su cabeza medía 2 m. y su diente más largo, 21 cm. Este ejemplar pertenece al Cretácico Medio de la Era Mesozoica y habitó el área de Plaza Huincul hace 90 millones de años.
4.- Cerro Aconcagua, el pico más alto de América y al mismo tiempo el más alto del mundo fuera de Asia.
5.- Lagos y lagunas para quienes gustan de la naturaleza pura.
Para quienes gustan de la naturaleza pura, la República Argentina ofrece entre sus alternativas más atractivas una gran variedad de lagos y lagunas de las más diversas características. Así puede encontrarse aguas en múltiples tonos azulados y verdosos rodeadas de exuberante vegetación, montañas, volcanes, ríos, arroyos y cascadas que constituyen paraísos imperdibles.Los amantes de la pesca están de parabienes con la gran cantidad de lugares donde pueden obtenerse preciosos ejemplares de truchas, salmones, surubíes, dorados, pejerreyes y tantos otros que abundan en los lagos, lagunas y ríos de todo el país.Cada lago tiene su encanto, y su fisonomía difiere en cada estación del año.
6.- El Parque Nacional Copo se destaca por su alto valor en biodiversidad, buen estado de conservación y escasa ocupación humana.
7.- Costa Atlántica 1.200 km de playas para elegir.
Al Norte de San Clemente del Tuyú vale la pena visitar la Reserva Natural Punta Rasa, donde las aguas del Río de la Plata desembocan en el océano Atlántico. En esta reserva se alojan miles de aves migratorias que hacen escala en su largo viaje desde el Hemisferio Norte. Muy cerca de allí, el Faro de San Antonio invita a subir con un elevador a la cima para ver el relieve de la Bahía de Samborombón y una panorámica de los balnearios cercanos. El complejo de termas marinas del Parque Bahía Aventura es único en el país por sus aguas medicinales que provienen del océano.
8.- Áreas naturales protegidas de Argentina: Parques Nacionales y Reservas Naturales.
9.- Parque Nacional Quebrada del Condorito mágico rincón natural de 40.000 hectáreas.
El Parque Nacional Qurebrada del Condorito es el primer Parque Nacional en la provincia de Córdoba, creado en 1996 con el objetivo de proteger la naciente de las cuencas hídricas, de vital importancia en el territorio, y para la conservación del hábitat de reproducción del cóndor andino. Ubicado al oeste de la provincia de Córdoba, abarca una parte de la Pampa de Achala (entre los 1900 y 2300 metros de altura) y las quebradas lindantes sobre el cordón central de las sierras grandes cordobesas.
10.- Suipacha, tierra de quesos: un nuevo itinerario guiado abre la puerta a la rica tradición láctea de la provincia de Buenos Aires.
Los años, el ferrocarril, el progreso y la llegada de los inmigrantes –vascos primero, pero después también numerosos irlandeses– terminaron de forjar la fisonomía de esta zona rural que hoy expresa lo mejor de sí misma en su tradición lechera. Una tradición que supo de vaivenes y altibajos: Suipacha no es un mundo aparte, sino un “botón de muestra” bien representativo de los pueblos del campo argentino. Como tal, también sabe de agudizar el ingenio, y a mediados de 2008 –cuando la sequía y la crisis económica internacional echaban sombra sobre la pampa– se puso manos a la obra y dio vida a una iniciativa que unió turismo y producción: es la flamante y tentadora Ruta del Queso.