Tras nuestro viaje de este verano por el norte, por fin pudimos recorrer Cantabria, así que para abrir boca, os mostramos diez de los pueblos que más nos gustaron de nuestro viaje por tierras cántabras.
Santillana del Mar
Santillana del Mar es uno de los pueblos más turísticos de Cantabria (incluso en alguna fechas demasiado lleno de turistas), y es conocida como la villa de las tres mentiras porque ni es santa ni es llana ni tiene mar (aunque en su término municipal sí). Pero si hay un lugar que le da fama internacional, es sin duda, las Cuevas de Altamira, considerado como la "Capilla Sixtina del arte cuaternario".
Comillas
El Capricho de Gaudí es una de las pocas obras que el arquitecto hizo fuera de Cataluña, gracias a su amistad con los Marqueses de Comillas. Pero la visita a Comillas no se queda aquí, ya que tienen un casco histórico impresionante en el que destaca el edificio de la Universidad Pontificia de Comillas, el Palacio de Sobrellano y la Capilla.
Bárcenas Mayor
Dejamos la costa y nos acercamos a Bárcenas Mayor, un pequeño pueblo situado en el Valle del Saja. Sus casas de estilo montañés y sus calles empedradas nos llevan a un viaje en el tiempo. Además con su visita podremos degustar en alguno de sus numerosos restaurantes del típico cocido montañés.
Más allá de ser conocido por ser el lugar de nacimiento de David Bustamante. Posee una de las estampas más impresionantes de Cantabria con su puerto marinero junto al Parque Natural de Oyambre. En su casco histórico encontramos sus dos monumentos más importantes el Castillo y la Iglesia de Santa María de los Ángeles.
Liérganes
Llegamos a Liérganes, con un casco antiguo declarado Conjunto Histórico, y un aspecto que nos recordará a Bárcenas Mayor. Pero si hay algo le ha dado fama es la leyenda del Hombre Pez, cuya estatua podemos encontrar junto al puente romano.
Potes
Muy cerca de los Picos de Europa encontramos Potes, la capital de la comarca de Liébana. La localidad es muy pintoresca, gracias a sus calles empedradas y sus casas de estilo medieval. Cerca de aquí no podemos dejar de visitar el Monasterio de Santo Toribio de Liébana.
Castro Urdiales
Aunque ya es más ciudad que pueblo, no podemos dejar de la lista a Castro Urdiales. Uno de sus mejores rincones es el puerto, donde tenemos una bella estampa formada por la iglesia de Santa María de la Asunción, el Castillo-faro y su puente Medieval.
Carmona
En pleno valle de Cabuérniga no podemos olvidarnos de Carmona, uno de esos pueblos donde las artes tradicionales todavía perduran entre sus gentes. Un lugar donde desconectar y disfrutar de sus paisajes.
Cabezón de la Sal
Su propio nombre hace referencia a la actividad principal de esta localidad durante siglos, siendo uno de los pueblos con más historia de Cantabria. Cabezón de la Sal cuenta con un patrimonio histórico enorme, desde el yacimiento prehistórico de Cabrojo hasta la arquitectura religiosa pasando por construcciones tan interesantes como el palacio-torre de los Monasterios, el palacio de Bodega y la casa-palacio de Carrejo (en la actualidad Museo de la Naturaleza de Cantabria).
Ruente
Haciendo caso de los dueños del alojamiento donde estamos nos acercamos a Ruente. Este pequeño pueblo posee una maravilla de la naturaleza que es digna de su visita, hablamos de la Fuentona de Ruente. En este lugar por arte de magia el agua mana y se corta al antojo de la naturaleza. Según se cuenta, aquí tiene su hogar una anjana, bruja buena cántabra, que de vez en cuando por capricho hace que deje de manar el agua. Sin duda uno de esos rincones originales de Cantabria.
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