"Led Zeppelin IV"
Edición original en vinilo: noviembre 1971
Sabio consejo supo otorgar un agente de prensa cuando se enteró que Led Zeppelin, particularmente su guitarrista y co-líder Jimmy Page, había tomado la decisión de no titular su cuarto álbum, tras la tibia acogida de su predecesor y un año de ausencia, tanto en los estudios como en los escenarios. El buen hombre predijo que se trataría, sin más ni más, de "un suicidio profesional". Claro que las épocas no daban aún para dimensionar la monumental popularidad que habría de adquirir Led Zeppelin para el rock mundial en tan sólo un año más, popularidad que, en gran parte, se la debe precisamente a este álbum. Porque el misterioso cuarto disco, salido a la calle sin título ni una gota de información en su tapa, salvo por los cuatro crípticos símbolos que personificaban a cada integrante del cuarteto, voló al instante al primer puesto de los charts de todo el globo para permanecer... no semanas, sino meses y hasta más de un año. Incluso en la Argentina ostenta hoy el status de "disco de platino", con 60.000 copias vendidas. De lo que se deduce que a veces el título es lo de menos, porque bien podemos llamar este disco "Led Zeppelin IV", "el de los cuatro símbolos", "el de la ayudita de Sandy Denny", "el del ermitaño en la tapa" o... "el de Stairway to Heaven". Mucho le debe Zepp a esa escalera por la que treparon raudamente bien arriba del éxito. En fin, se ha hablado tanto de este disco -y esta Bitácora también lo hizo- que poco podemos agregar aquí, sólo remarcar que desde entonces Zeppelin nunca más bajó por la escalera, ni siquiera hoy, desmembrado y ya decretado el "ce fini" por parte del inefable dúo Page-Plant. Aunque, claro, nunca se sabe...
"Meddle"
Edición original en vinilo: noviembre 1971
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Aparentemente, era la época nomás: otro sin título en la tapa! Sin ni siquiera una fotografía discernible. ¿De qué se trata?, nos preguntamos unos cuántos en su momento, mientras nos traíamos a casa el vinilo recién adquirido e intentábamos descifrar esa imagen enigmática. ¿Acaso alguna idea sórdida desfigurada por las ondas en el agua? En honor a la verdad, uno de los artistas de Hipgnosis había barajado una idea sórdida, pero los Pink Floyd la rechazaron de plano y ordenaron su "oreja bajo el agua". Pues bien, así fue. A decir verdad, la música contenida en el disco dejó a todos mucho más contentos que la oreja subacuática. También nos hemos ocupado de este álbum hace ya mucho tiempo, por lo que en este breve espacio vamos a repasar algunas curiosidades que encierra. Como por ejemplo, que en la humorística "Seamus" -la cual, para la crítica, integra la lista de lo peor de Pink Floyd- el que "canta" con Gilmour es el perro del ex-guitarrista de Small Faces, Steve Marriott, can que por el momento estaba a cargo del propio Gilmour y que poco después tendría un "reemplazante" para la versión sin letra titulada "Mademoiselle Nobs" que se escucha en el documental del grupo "Live at Pompeii" (1972), hoy disponible en DVD. El ping que se escucha al comienzo de"Echoes" imita el sonar de un submarino, que Wright había logrado en las primeras sesiones de grabación del álbum a principios del ’71, cuando el grupo se sumergía en intricadas improvisaciones de las que poco surgió en concreto. Y como que la muy floydiana "One of these days" es una idea de Waters trabajada a dos bajos en ostinato (Waters-Gilmour) y adornada con la línea distorsionada de Mason, "One of these days I’m going to cut you into little pieces". Eso sí: a quién amenazaba don Mason con cortar en pedacitos uno de estos días, no fue develado...
"A Nod is as Good as a Wink... to a Blind Horse"
Edición original en vinilo: noviembre 1971
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El primer álbum había mostrado que una extraña mezcla de tres ex-Small Faces (Lane-McLagan-Jones) y dos ex-Jeff Beck Group (los más tarde ultra-populares Rod Stewart y Ron Wood) podía funcionar armoniosamente como "unidad-más-bien-desunida" y acaparar excelente recaudación cuando de taquilla y regalías discográficas se tratara. Producto de una receta exitosa, en 1971 Faces editó dos nuevos discos, "Long Player" -donde hasta se daban el lujo de incluir el cover en vivo de "Maybe I’m amazed" de Paul McCartney- y este que nos ocupa. Para los que se preguntan el origen de tan estrafalario título, se trata de un viejo proverbio inglés del siglo XVI, al que allá por el 1800 empezaron a caérsele las palabras hasta quedar simplemente como "A nod is as good as a wink". Tal vez por ello los Faces separan ambos fragmentos por puntos suspensivos. Literalmente, "A un caballo ciego le da lo mismo que asientas con la cabeza o que le guiñes un ojo" (es decir, no distingue nada) el uso generalizado del proverbio apunta al sentido contrario, por lo que traducido al buen romance rioplatense aduce a "captar perfectamente la indirecta". Es como que Stewart-Wood & Co. nos tiran el disco para que lo escuchemos y nos demos por enterados de que hacen un buen rock’n’roll. Y es así: 9 cortes con autoría repartida entre Stewart-Wood por un lado y Lane por el otro, con primeras voces de Stewart y Lane en sus respectivos temas definen el álbum más exitoso de los Faces, que llegó al puesto 2 en los charts ingleses, en gran parte gracias al simple extraído del mismo, "Stay with me" / "You’re so rude".
"Fragile"
Edición original en vinilo: noviembre 1971
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Disco de debutantes y documento irrefutable de que Yes ya había encontrado su propio rumbo sinfónico y ahora se abocaba a afianzarlo, reforzarlo y enriquecerlo con una serie de matices que precisamente los recién llegados más aportaron. Porque, por su lado, Rick Wakeman deslizaba su aplanadora por toda la -nada desdeñable- obra previa de su colega Tony Kaye y no sólo empujaba a primer plano esas teclas que sus manos volvían mágicas, sino que contribuía con la primera de las muchas adaptaciones clásicas en su carrera y tomaba activa participación en la faz compositiva del grupo, aunque por razones contractuales su nombre no aparecía en los créditos. Por otra parte, las portadas de los discos de Yes abandonaban la fotografía de antaño para internarse en las futuristas pinceladas del maestro Roger Dean. Y aunque "Fragile" salía aún sin logo, ese que persiste hasta hoy y que supo decorar las tapas de nuestras carpetas del secundario, ya porta a pleno esos dos nuevos componentes -uno visual, el otro musical- que tanto contribuyeron para crear el molde definitivo de Yes y otorgarle un merecido espacio en el hábitat que ocupan las leyendas vivientes del rock progresivo. No sorprende, porque "Fragile" ya conformaba el prototipo de disco progresivo por excelencia fusionando lucimientos individuales en un compacto prácticamente ininterrumpido, donde hasta se vuelve arduo separar (ni las radios rockeras lo hacen) "We have Heaven" de "South side of the sky" o "Long distance runaround" de "The fish". En otras palabras, este disco pavimentó el camino para Yes. Sólo faltaba transitarlo y disfrutar del viaje.
"Pictures at an Exhibition"
Edición original en vinilo: noviembre 1971
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"Habíamos estado tocando la pieza por algún tiempo y funcionaba bien. En esa época salíamos de gira continuamente y no podíamos ir al estudio a grabarla, así que una noche decidimos grabarla en vivo. Cuando el disco estuvo listo, a Chris Blackwell de Island Records [distribuidor de los discos de ELP en el Reino Unido] le gustó, lo editó en Inglaterra y vendió bastante bien. Cuando volvimos de gira a Estados Unidos, fuimos a Atlantic [distribuidor de los discos de ELP en USA] y les dijimos que queríamos editarlo allá. Lo escucharon y nos contestaron: ’Nunca entraría en la radio, no tiene ningún simple exitoso, ¿cómo esperan que podamos venderlo?’. En definitiva, se negaron a editarlo. Un día, Scott Muni [DJ americano y padre de la difusión radial del rock progresivo en FM] se atrevió a pasarlo entero por radio. Era la primera vez que alguien osaba hacer algo así. Los teléfonos estaban al rojo vivo. Chris Blackwell se enteró de esto y sabiendo que Atlantic no editaría el disco en Estados Unidos, exportó 50.000 copias que se vendieron casi de la noche a la mañana. Atlantic se dio cuenta de lo que estaba pasando y al final lo editó". El relato de Greg Lake es tan elocuente como informativo y deja poco margen para agregados. Lo cierto es que más tarde que temprano don Mussorgsky tuvo la oportunidad de revivir con ELP y desde el mismísimo debut en la edición 1970 del Isle of Wight Festival hasta nuestros días, "Pictures at an Exhibition" sigue girando dondequiera que ELP -juntos o separados- suban a un escenario. Hace 40 años todavía era posible editar un disco de un grupo de rock basado íntegramente en la adaptación de una obra clásica. Hoy, el mero concepto suena más bien a leyenda urbana.
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