1, 2, 3 ¡Splash!
Desde pequeña vengo evitando el agua en grandes cantidades, véase: piscinas, lagos, balnearios... pero si encima lo combinamos con arena ¡puaj! ¡no soporto las playas!.
El caso es que me convertí en una profesional evita-playas (con más ahínco si cabe a sólo tres meses de haber parido, por aquello del momento bañador, claro).
Y toda esta introducción para decir que, precisamente, uno de mis cinco mejores momentos del verano ha sido bañarme con mi LittleAna en el mar ¡quien me lo iba a decir!*
Con ella abrazada muy fuerte a mi y su sonrisa de felicidad plena se me olvidaron los complejos y la arena (no daba tanta grima como recordaba). Saltamos, cantamos, tragamos agua y nos reímos... fue un gran momento de chicas.
Este ha sido nuestro peinado estrella del verano, moñete forever.
* Aviso a las autoridades, el próximo verano no esperéis que me lance al mar. A no ser que haya conseguido un cuerpo de diosa en 250 días tendré los mismos reparos, seguro.
Siestas épicas
Después de pasar tres semanas lidiando sola con los dos Little, hasta que llegase David de trabajar, sus vacaciones me supieron a maná de diosas... ¡por fin un aliado, ya éramos dos "contra" dos!
Las vacaciones de Felizmenteatado han sido vacaciones para mi. Como mamá blandita que soy llevo mal la sensación de no atender todo lo bien que me gustaría a los dos sin volverme loca... porque dar el pecho mientras haces de Anna en Frozen es para perder la cabeza (LittleAna siempre se pide ser Elsa).
El caso es que durante cuatro días seguidos debieron alinearse los planetas porque logramos echarnos la siesta los cuatro al unísono, pero no cualquier siesta ¡mínimo de tres horas!. Así que ya os podéis imaginar, era una gozada despertar y verles dormiditos ¡qué guapos!... uno de los cinco grandes recuerdos del verano.
Si, estoy segura de que yo dormía sonriendo porque no me he visto en otra igual desde hace mucho tiempo.
Y si, mis Little duermen así de serios, son unos profesionales.
Desayunos y merendolas
Durante los días que estuvimos veraneando en la playa nadie ponía un pie en la piscina si al menos no habían caído seis tortitas (para las chicas con chocolate y para el papá su "Especial Deivid" con: tomate, bacon, huevo frito, jamón y queso).
Por las tardes tocaba gofrada ¡mmm... aún me parece olerlos!. La mayoría de las veces yo me lo tomaba dando el pecho así que David me lo partía y ¡zasca!, le hincaba el diente mientras LittleDani chuc chuc chuc se servía él mismo.
Sólo he dibujado a LittleAna pero David y yo estábamos igual de emocionados o más.
La he dibujado con parche porque ese es su estilismo mañanero, cosas del estrabismo.
Otro momentazo eran los ratos que pasaban Ana y Dani improvisando a capela cuando nos íbamos a dar una vuelta por el paseo marítimo, ella agarrada al carrito y Dani desde dentro. del capazo.
La especialidad LittleDani son las vocales y algún grito gatuno al estilo: ¡maaauuu! (puede que en realidad lo que esté pidiendo sea una Mahou, pero yo me hago la loca). En cambio Ana tiene dos vertientes: os se desgañita por
Mola mucho también cuando nos ponemos todos a bailar sin vergüenza éxitos de ayer y hoy como Single Ladies o Gangnam Style, acabamos sudando como pollos pero son momentos de felicidad y cachondeo familiar muy sano.
A LittleAna le he puesto pelos de Hermione Grangerr en la primera peli de Harry Potter porque así se le pone cuando hay humedad, tiene un toque cavernícola muy gracioso.
Salta salta salta, pequeño canguro...
En todo el verano no he podido soltar más carcajadas que en este momento (al final resultó ser un Sonrisas y Lágrimas literal).
Pusieron una pequeña feria al lado de casa e íbamos la mayoría de las tardes al anochecer. Nos fijamos que en las camas elásticas había un cartelito que rezaba "pequeños y adultos". Esta es la atracción favorita de Anuski y David, como padrazo con mucho de niño aún, dijo: -¡mañana me animo y salto con Ana!-.
Al día siguiente llegamos e ¡ideal! aún no había llegado nadie así que se compró cada uno un pase y... Ana, como profesional en la materia, saltaba de culo para volver a caer de pie cual gimnasta. Ahora bien, cuando fue a intentarlo David ¡el cuerpo no le respondía como su cerebro ordenaba!.
¡La estampa era graciosísima, David parecía un muñeco de trapo!, yo le veía desde la barrera con dos lagrimones brotando de la risa. Pero ahí no acabó la cosa: Felizmenteatado se puso a saltar con toda su energía hasta coger una altura considerable, en una de estas las piernas le fallaron y se le doblaron las rodillas ¡PIMBA! rodillazo en la nariz seguido de mareo, sudores fríos y los feriantes botiquín en mano corriendo para socorrer al papá ¡vaya tela!, se acabaron las risas.
Y ¡listo!, ahí están cinco de los mejores momentos de este verano 2014 ¡nuestro primer verano siendo cuatro personajes!. Siento haberme enrollado tanto, parece que empiezo con fuerza el nuevo curso.
See you later alligator!