POR SUS MUERTOS El 19 de abril de este año, la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española (CEE, en adelante), anunciaba la beatificación de “unos quinientos hermanos nuestros” para el próximo 13 de octubre, en Tarragona. En principio, la jerarquía católica puede conmemorar a sus correligionarios, vivos o muertos (sí, asesinados) cómo y cuando desee. Pero cuando esta decisión se contextualiza, deja de parecer tan “virtuosa”. ¿Qué tenemos que decir de esta conmemoración desde el laicismo?
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