Soy consciente de la considerable reducción de reseñas sobre cine. En los últimos meses las lecturas ocupan una parte considerable de mi tiempo “libre”.
Los aerostatos
Amélie Nothomb
Autora muy elogiada y admirada, que con mis primeros intentos (2009) me produjo sensaciones de cierto rechazo. Reseña de Estupor y temblores y Metafísica de los tubos.
No suelo insistir cuando algo me desagrada. Su novela número veintinueve (cantidad a tener en cuenta). Me llega la recomendación de un no fan, @en_bookle.
La curiosidad gana la partida y lo reservo en la biblioteca. ¿Qué esperaba? ¿Cambiar de opinión o tacharla de por vida? No sé.
¿Qué sucedió? La devoré (en dos sentadas). Mantiene algunas de las huellas que me alejan. Me quedo con el gran homenaje a la literatura (aunque no puedo creer que ese chico lea a los clásicos con aparente facilidad). Y otra cosilla, no trivializar la dislexia en aquellos casos de diagnóstico verificado por profesionales especializados.
Sí, me ha gustado. Un detalle a destacar: el título y la historia que representa.
Casualidades: hace poco leía al traductor (Sergi Pàmies), , sus relatos, y ya está en mi lista para seguir indagando.
Fragmentos seleccionados
Me encantaba no saber hacia dónde me dirigía.
La literatura no es un arte para poner de acuerdo a la gente.
Es difícil querer a quien desprecias.
Descubrir la habitación de otra persona siempre resulta intrusivo.
Yo no puedo enseñarle a desear. Tenemos vida cuando sentimos deseo.
Por culpa de sus padres, siempre ha sufrido de una falta de realidad.
Sinopsis: Amélie Nothomb en plena forma: un elogio de la lectura nada trivial, nada previsible y, sobre todo, nada inocente. Ange tiene diecinueve años, vive en Bruselas y estudia filología. Para ganarse algún dinero, decide comenzar a impartir clases particulares de literatura a un adolescente de dieciséis años llamado Pie. Según su despótico padre, el chico es disléxico y tiene problemas de comprensión lectora. Sin embargo, el problema real parece ser que odia los libros tanto como a sus padres. Lo que a él le apasiona son las matemáticas y, por encima de todo, los zepelines.
Ange le va proporcionando lecturas a su alumno, mientras el padre espía clandestinamente las sesiones. De entrada, los libros propuestos no generan más que rechazo en Pie. Pero poco a poco Rojo y negro, La Ilíada, La Odisea, La Princesa de Clèves, El diablo en el cuerpo, La metamorfosis, El idiota… empiezan a surtir efecto y despiertan preguntas e inquietudes.Y poco a poco, la relación entre la joven maestra y su más joven discípulo se estrecha hasta que el vínculo entre ambos se transforma.La literatura ejerce una fuerza, como el gas que permite que los pesados zepelines se eleven y floten livianos en el cielo. Aunque la misma energía que posibilita esta elevación resulta ser altamente explosiva y peligrosa...Traducción: Sergi Pàmies. Editorial Anagrama, Barcelona 2024. Número de páginas: 144. Tiempo de lectura: 3h 21m. Empezar a leer.
Amélie Nothomb nació en Kobe (Japón) en 1967. Proviene de una antigua familia de Bruselas, aunque pasó su infancia y adolescencia en Extremo Oriente, principalmente en China y Japón, donde su padre fue embajador; en la actualidad reside en París. Desde su primera novela, Higiene del asesino, se ha convertido en una de las autoras en lengua francesa más populares y con mayor proyección internacional.
Cómo ordenar una biblioteca
Roberto Calasso
Nada que ver con un manual para lograr la versión perfecta de orden libresco. Texto de amor a los libros. Una belleza.
Fragmentos seleccionados
No hay ser más infeliz bajo el sol que el fetichista que anhela un zapato femenino y se ve obligado a contentarse con una mujer entera. Kraus.
Es esencial comprar libros que no vayan a ser leídos enseguida. Al cabo de uno o dos años, o acaso de cinco, diez, veinte, cuarenta años, llegará el momento en que se sentirá la necesidad de leer precisamente ese libro -y tal vez lo encontraremos en un estante poco frecuentado de la propia biblioteca-.
Qué extraña sensación cuando se abre ese libro. Por un lado, la sospecha de haber anticipado, sin saberlo, la propia vida, [....] Un sentimiento de frustración, como si solo fuéramos capaces de reconocer aquello que tiene que ver con nosotros con gran retraso. Después nos damos cuenta de que esa doble sensación se aplica también a muchos otros momentos de nuestra vida.Estamos hechos de dos momentos, y del retraso de una "cosa" sobre sí misma. ValéryExisten además los libros molestos, aquellos que una biblioteca no debería acoger, sobre todo porque incomodan a sus vecinos de estante. Son la contrapartida de la regla del buen vecino. Cosa que se aplica rigurosamente, porque se sabe que basta el color de una fachada para arruinar un paisaje.
El movimiento de la mano que escribe sobre el papel es una extrema, miniaturizada variante del de la mano que dibuja. Mientras que el repiqueteo de la mano que teclea se parece al de un reloj.
Es muy raro el caso de un libro que, habiéndolo leído, haya quedado tal cual, sin ninguna marca en lápiz. No agregar a un libro huellas de la lectura es una prueba de indiferencia -o de mudo estupor-.
Existen los libros que uno imagina haber leído, cuando en verdad solo ha oído hablar de ellos. Y existen, también, los libros que uno ha leído y anotado, pero de los que más tarde ha borrado todo recuerdo. A partir de las anotaciones en un libro olvidado se puede reencontrar ese determinado pasaje que resultará indispensable "veinte años más tarde".
Siempre he desconfiado de quienes quieren conservar los libros intactos, sin ninguna marca de uso. Son malos lectores. Toda lectura deja una marca, aunque no quede ningún signo visible en la página. Un ojo experto sabe enseguida distinguir si un ejemplar ha sido leído o no.
.. el orden de una biblioteca no encontrará nunca -no debería encontrar nunca- una solución. Simplemente porque una biblioteca es un organismo en permanente movimiento. Es terreno volcánico, en el que siempre está pasando algo, aunque no sea perceptible desde el exterior.
Sentirse en casa frente a una pared cubierta de libros, que lo acogen con "miradas familiares".
Las cosas esenciales tienen una peculiar tendencia a no cambiar.
Sinopsis: Una lúcida y erudita reflexión sobre la relación que establecemos con los libros desde todos los puntos de vista imaginables.
¿Qué criterio presupone el ordenamiento y la disposición de los libros? Según Calasso, quien intenta ordenar su biblioteca debe reconocer y transformar el mapa mental de sus preferencias y pasiones, enfrentándose a sorpresas y sin esperar soluciones claras.Lejos de decretar un método de clasificación bibliográfica, el autor ofrece una visión íntima y personal de la bibliofilia. Erudito y fascinante, Cómo ordenar una biblioteca es una lección no solo sobre cómo ordenar, sino sobre cómo editar, escribir, comprar, vender y, sobre todo, leer los libros.Traducción: Edgardo Dobry. Editorial Anagrama, Barcelona 2021. Número de páginas: 144. Tiempo de lectura: 3h 21m. Empezar a leer.