Cuando los naúfragos españoles desembarcaron en Irlanda tras embarrancar sus barcos, faltos de alimento, agua, heridos y con enfermedades a bordo, pensaron que su destino no podría empeorar: macabramente, se equivocaban.
Inglaterra, dueña de Irlanda a sangre y fuego desde 1169, todavía les tenía reservado el horror y la muerte. Tras despojar a Don Alonso (al mando del Trinidad Valencera) y a sus hombres de sus posesiones, los hombres de Kelly asesinaron a la gran mayoría. La situación de Gómez de Medina (Gran Grifón) no fue mejor, 50 españoles murieron abandonados en Fair Isle.
Por orden real inglesa se debía: "aprehender y ejecutar a todos los españoles que pudieran ser hallados, de cualquier estado que fueren. Puede emplearse la tortura en el seguimiento de esta causa". Así acabaron los 24 hombres de la pinaza naufragada en la Bahía de Tralee, ejecutados. Del San Esteban se ahogaron 300 hombres, los supervivientes fueron ahorcados en Cnoc na Crocaire (La Colina de las Horcas), etc...
Fuente:
- 'La Gran Armada' -Geoffrey Parker y Colin Martin.
*Sirvan estas líneas como homenaje a los valientes de la "Grande y Felicísima Armada", una invasión que de haberse completado, hubiera devuelto la libertad a Irlanda y acabado con la pérfida Albión de un plumazo.