Los amigos imaginarios

Por Bergeronnette @martikasprez
Los amigos imaginarios son personajes ficticios que algunos niños crean y a los que suelen asignar un papel tutelar o lúdico. Suelen aparecer en la etapa de los dos o tres años, y pueden ser desarrollados en un mundo de fantasía paralelo al real en el que viven.
L’aînée no ha tenido amigo imaginario, y no creo que la petite lo tenga, ya que su hermana cumple a la perfección el papel lúdico, y a veces de guardiana. Pero según he podido leer, y contrastar, en esta etapa de la que hablo, no hay porqué asustarse o preocuparse. Según GuíaInfantil, este nuevo universo de superhéroes, de monstruos, de fantasmas, de hadas, etc…, ayudará a tu hijo a crecer y a desarrollar sus emociones y creatividad. Le ayudará a expresar sus miedos, sus alegrías, sus inquietudes y sus más profundos deseos. Los niños son conscientes del mundo real, pero a esas edades todavía les cuesta asimilarlo y aceptarlo tal como es. Por esta razón ellos crean un mundo donde todo es posible, permitido y solucionado. Es la etapa del pensamiento mágico de los niños. El amigo imaginario puede ser un osito de peluche, un soldadito, cosas, animales, etc. Son amigos que pasan a tener vida, a conversar, a jugar y a pelear con los niños. Del mismo modo, los niños juegan de maneras distintas según el momento evolutivo que atraviesan. Cuando son muy pequeños, se concentran en su cuerpo, descubriendo sensaciones, texturas, temperaturas y volúmenes diferentes. Ellos son el centro del universo en sus juegos, no realizan intercambios de juegos y juguetes con otros niños, no interactúan con los iguales… Los niños pequeños, hasta los dos años son los únicos receptores de sus juegos.
Esto lo podemos comprobar con nuestros propios hijos en casa, o en la guardería: la petite suele jugar sola con una muñeca, o llevando el carrito por toda la casa. No interactúa aún con su hermana, o al menos, no demasiado.
Y pasará un tiempo, hasta los 2 años, o un poco más que el juego en solitario evolucione hasta el momento de ser compartido y comenzar a aprender las normas de juego, a ponerse de acuerdo, a respetar reglas, a esperar el turno, a saber ganar y perder, a participar equitativamente
Y evidentemente para conseguir este tipo de juego, en el cual se ensayan las reglas de funcionamiento del mundo y se aprenden a tolerar frustraciones, tienen que darse ciertas condiciones de madurez con las cuales todavía no cuenta un niño en edad preescolar. (todopapas)
No voy a hablar aquí de cuando hay que empezar a preocuparse, ni de lo que debemos hacer o no, los padres, ya que esto da para otro post. Ahora, siguiendo con los lunes de colaboración, simplemente deciros que Memorias de un amigo imaginario, de Matthew Dicks habla sobre este tema. En un punto extremo, sí, ya que se trata de un niño autista, de 8 años. Pero merece la pena leerlo. Además es original ya que la historia está narrada desde el punto de vista del amigo imaginario, ¿existe?