«Esto no es el ocaso de la civilización, es la civilización»
«Déjame que afirme una obviedad: el futuro es una construcción que tan solo refleja lo que ya ocurre en el presente»
«Además, esta vez los bárbaros no vienen de fuera, querido lector: los bárbaros son tus hijos»
Cubierta de: Los ángeles feroces
Estas son sólo algunas de las frases que se pueden inmortalizar de la última novela de José Ovejero, Los ángeles feroces. Pero la mejor forma de conocer un poco más al autor y a su obra es hablando directamente con él. Y eso es lo que transcribo en la siguiente entrevista. Espero que la disfrutéis.
Como se te ocurrió esta historia.
Es una historia muy larga en realidad que se me ocurrió hace más ao menos cinco años, y diría que más que una idea es una imagen, y es una imagen que aparece en la novela: la imagen de Alegría (entonces no tenía nombre). Una chica joven en un rascacielos frente al ventanal, y enfrente está ardiendo otro rascacielos. Alguien la está mirando desde atrás y ve su cuerpo enmarcado en el aura de fuego. De esas imágenes que a uno se le ocurren ¿que es esto?; pero se te quedan ahí dando vueltas y un día escribes esa escena.
Surge la pregunta de siempre: Quién es esa chica, que hace ahí, quien es el que la está mirando por detrás, porqué arde el rascacielos… Entonces empecé a jugar con esas ideas, y muy pronto se me ocurrió esa extraña idea también de que es una chica por el efecto de un defecto genético tiene una sangre que hace que no enferme como los demás, y que no envejezca como los demás.
Entonces surge otra pregunta más: ¿A quién le puede interesar ese defecto genético? El primero que se me ocurre es el político en horas bajas; y el segundo es un adorador de la “santa muerte” que considera que aquello es blasfemo; es impío que alguien quiera vivir para siempre y decide matarla.
Me pongo a escribir escenas, y a escribir sobre los personajes alrededor de Alegría. Sobre Arnoldo, sobre Casto, sobre AM …hasta que llega un momento en que, ahondas sobre el personaje central. Y que sucede, que sale esta novela como muy amplia, que toca un montón de temas, en la que pasan tantas cosas, en la que hay tantas tramas que se van urdiendo entre sí; pero a mí me parecía que tenía que pasar un poco como en la vida real, que es que, el fin no existe, todo continua de alguna manera, y creo que además una novela cada vez me interesa más que la construya conmigo el lector. Creo que los lectores son en buena parte inteligentes, no hay que tratarles como si fueran tontos y puedes ponerte a fingir con ellos y a que te ayuden a construir esa historia.
En que época enmarcas esta historia.
En la novela AM dice que: “el tiempo es un invento de los poderosos, todo está sucediendo ahora”. Es una de las cosas que me interesaban, escribir una historia de atmósfera distópica, en la que parece que puede ser de ciencia-ficción, que podría ser el futuro, y dices no, es ahora. Lo que me interesa es el presente, y el presente es este mundo en descomposición de ahora mismo; y la vida de todos los tipos, unos entregados a la supervivencia, otros a la ambición, y a ver que pasa.
¿En una ciudad imaginaria?
No es imaginario en el sentido de que todo lo que aparece en la novela existe, no se si te habrás dado cuenta que a pesar del ambiente distópico no hay ni aparatos extraños, ni instituciones sociales como las de Un mundo feliz, sino que es una ciudad compuesta de otras ciudades. La más cercana que se me ocurre que se me ocurre es México D.F., pero no es México D.F.. Puede estar compuesta con trozos de Rio de Janeiro, de Montreal, con Madrid, con un montón de ciudades, es “la ciudad”.
Te costó mucho perfilar estos personajes.
Sí, mucho. Mucho trabajo y tuve que volver a lo que suelo recomendar a mis alumnos, que cuando construyo un personaje utilizo una serie de técnicas, y para Alegría, como vi que no acababa de sacarla adelante, le escribí una biografía de cosas que no aparecen en la novela, para conocerla mejor: Iba al colegio, no; como era la relación con sus padres; vivía…; no vivía…; etc., etc.
Luego di muchas vueltas a cada uno de ellos para que tuviesen suficiente peso en la novela, para que no fueran , salvo Alegría, figuras marginales.
El único que decidí dejar menos dibujado es AM, un tipo que flota en la sociedad, una de esas almas perdidas que está cerca del ejército de las sombras, pero no pertenece a él; que conoce a mucha gente, pero no está con ninguno de verdad; que ayuda a Alegría, pero tampoco sabemos muy bien el porqué; y decidí dejarlo ahí como una de esas almas perdidas que hay en cualquier ciudad y de la que sabemos muy poco.
Con José Ovejero
Ha sido el libro que más te ha costado escribir.
No, creo que costó más escribir La comedia salvaje. En el fondo Los ángeles feroces está emparentado con La comedia salvaje. Yo tengo dos tendencias, una tendencia más realista, La invención del amor; y luego otra tendencia más excesiva, más expansiva, en la que ocurren un montón de cosas, algunas de ellas delirantes, y por eso creo que esta novela, aunque el tono sea muy distinto está emparentada con La comedia salvaje.
La comedia salvaje me costó más porque en ella tenía que meterme con algo más complejo como es la historia reciente de España, y que todo ese delirio encajase con esa historia que conocemos. Me costó muchísima investigación.
Puede haber segunda parte.
Puede, esos niños feroces, ese ejército de las sombras que han quedado por ahí, me interesan. Los niños feroces con la Reina… Esos personajes no he acabado de matarlos.
Los ángeles feroces es un paso más en el intento de contar un mundo en el que la violencia es local, pero las estructuras que la provocan son globales. Dicho de otra manera: el policía que te golpea es local, tu miseria es local, pero el sistema que hace posible el golpe y la pobreza está en todas partes.
La imaginación, la libertad narrativa, el suspense, el humor, el juego con el lector, no son aquí herramientas para evadirse de la realidad, sino una manera de asomarse a un mundo cada vez más difícil de comprender.
El libro termina, pero eso no significa que no podamos averiguar más sobre los personajes. Ellos siguen circulando por la cabeza del autor después de publicado el libro. Lo que hicieron antes de entrar en la novela, lo que hacen después o en sus márgenes. Y de la misma manera que se pueden añadir bonus tracks a un CD o tomas falsas a un DVD, nada impide que una novela continúe expandiéndose en el ciberespacio.
Y en la última página del libro figuran dos enlaces, uno con la web del autor, y otro con la web del editor, donde se encuentran esas escenas que no entraron en la novela, bien porque fueron descartadas, bien porque no existían cuando se entregó a la imprenta.
La sinopsis que ofrece la editorial es esclarecedora y cuenta lo siguiente:
“Estás entrando en un mundo como el tuyo. Habrá algunas cosas que te extrañen, pero es posible que se deba no a que son nuevas, sino a que te has acostumbrado tanto a ellas que ya no las ves”.
Es un mundo que parece a punto de desmoronarse, como el tuyo. Y en él tiene que sobrevivir Alegría, una joven cuya sangre es particularmente valiosa, porque ni enferma ni envejece. De ello se ha dado cuenta Cástor, un político en horas bajas que sabe que tiene que ofrecer algo nuevo, algo con lo que volver a ilusionar a sus votantes. Pero también el Loco ha descubierto que la sangre de Alegría es especial; y le ha prometido a la Santa Muerte, de la que es adorador, que va a acabar con esa sacrílega que podría vivir para siempre. Pero atención: “esto no es una novela de aventuras. No habrá en ella acciones heroicas, ritmo trepidante, finales rocambolescos”. Las cosas suceden como te suceden a ti, sin música dramática, sin primeros planos. Las cosas suceden, eso es todo. Y lo más importante a veces pasa desapercibido. Hay violencia, sí, pero, si te fijas bien, violencia hay en todas partes. Estamos rodeados por ella. Y AM -¿por qué se llama AM?- vigila desde ese apartamento que ha ocupado en el piso quince de un rascacielos, cerca del puerto. AM vigila y se pregunta cómo sacar a Alegría del lío en el que está metida. Él conoce la ciudad, las zonas seguras y las zonas marginales, los laberintos subterráneos y a sus habitantes; colabora con el misterioso (¿subversivo?, ¿terrorista?, ¿poético?) Ejército de las Sombras. AM piensa continuamente, anota lo que piensa. Y sabe que apenas queda tiempo para actuar. Aunque, como él mismo dice, el tiempo es un invento de los poderosos. Todo está ocurriendo ahora.
Espero que disfrutes la novela, a mí me gustó.
José Ovejero
El autor:
José Ovejero nacido en Madrid el 12 de abril de 1958, inquieto tanto en lo personal como en lo literario, ha vivido la mayor parte del tiempo fuera de España, principalmente en Alemania y en Bélgica, y ha escrito poesía, ensayo, libros de viajes, cuentos y novelas. En todos esos ámbitos su obra ha merecido premios como el Ciudad de Irún de poesía 1993 por Biografía del explorador; el premio Grandes Viajeros 1998 por China para hipocondríacos; el premio Primavera de novela 2005 por Las vidas ajenas; el premio Gómez de la Serna 2010 por La comedia salvaje; el premio Anagrama de ensayo 2012 por La ética de la crueldad; y el premio Alfaguara de novela 2013 por La invención del amor. José Ovejero no deja de indagar nuevos territorios narrativos, como lo demuestra esta novela que ahora se publica en Galaxia Gutenberg, Los ángeles feroces, ni nuevas formas de expresión: desde febrero de 2015 representa sus cuentos sobre un escenario con el espectáculo “Qué raros son los hombres”.
El libro:
Los ángeles feroces ha sido publicado por la Editorial Galaxia Gutenberg en su Colección Narrativa. Encuadernado en tapa dura, tiene 415 páginas.
Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.
Como complemento, ya que no tengo ningún vídeo sobre el libro Los ángeles feroces, os presento uno en el que José Ovejero nos recomienda cinco libros.
Para saber más:
http://www.ovejero.info/web/index.php/es/
Alegría