Los animales no entienden de burocracia (y los humanos tampoco)

Perdonen que me ponga localista pero lo que está pasando con el Albergue Comarcal de Valle Colino, en Tenerife, no tiene nombre. Están hasta los topes, cada año recogen, cuidan, tratan de sus enfermedades (físicas y psicológicas) a más de 2.500 perros y gatos que alguien decidió que era mejor abandonar en las calles de Santa Cruz de Tenerife, San Cristóbal de La Laguna, Tegueste y El Rosario. Pues un tema burocrático tiene en disputa a los alcaldes de estas ciudades y al Cabildo Insular de Tenerife a cuenta de la gestión de este centro, que es comarcal, esto es, que afecta a varios municipios. De verdad que podrán salir decenas de técnicos y representantes políticos diciéndome que la administración está para algo, que se han de cumplir unas normas, que si el expediente A y el expediente B pero, sinceramente, los animales que están en Valle Colino y que dependen de los fondos públicos para alimentarse no entienden de burocracia. Y, si soy franca, muchos seres humanos como yo tampoco. Porque la administración se crea para beneficiar a la población en la gestión de los recursos, el cumplimiento de los deberes y la defensa de sus derechos, digamos pues que está al servicio del ciudadano, no al revés.

Por favor, señores administradores públicos, pónganse de acuerdo para solucionar este asunto de gestión, porque para eso se les vota en unas elecciones, para que sean nuestros gestores. No queremos animales abandonados en las calles, pero tampoco queremos seres vivos pasando penalidades porque no llegan los fondos necesarios para su adecuado cuidado.

Y después de este desahogo permítanme que deje el protagonismo a Canelita, una de las perritas preferentes según la web del Albergue, y que pide con esa carita un hogar.