Levitsky y Ziblatt cuentan en ‘Cómo mueren las democracias’, editorial Ariel, 2018, el ascenso de Newt Gingrich en el Partido Republicano desde 1978, -llegó a presidente de la Cámara de Representantes en 1994- la extensión de sus ideas no hizo más que crecer incendiando el ambiente ‘’no necesitamos líderes cautelosos, prudentes, cuidadosos, anodinos e irrelevantes… lo que de verdad necesitamos son personas dispuestas a librar un combate acalorado…’’ así para hablar de los adversarios se fueron extendiendo los epítetos: corrupto, enfermo, traidor, felón, enemigo, antipatriota, demoníaco, destructor del país, los otros son inmorales, terroristas, aniquiladores, culpables, vende patrias, … lo cual fue prendiendo en las mentes de la gente para definir a los diferentes, y como consecuencia de ello y del miedo a la inseguridad, no quedará otra salida que eliminarlos política y socialmente y, vaya usted a saber el final cual será. Por ahora sabemos que la democracia se va agrietando y los problemas de la ciudadanía acumulándose sin resolver.
Levitsky y Ziblatt en el libro citado escriben: ‘’exponemos un hallazgo fascinante: en 1960 los politólogos preguntaron cómo se sentirían si su hijo se casara con una persona militante de otro partido. El 4% de los demócratas y el 5% de republicanos manifestaron que les desagradaría. En 2010 el 33% de demócratas y 49% de republicanos afirmaron se sentirían infelices… Una encuesta realizada en 2016 por Pew Foundation reveló que el 49% de republicanos y el 55% de demócratas aseguraban temer al otro partido. Entre los militantes comprometidos las cifras se elevan a un 70% de los demócratas y un 62% de republicanos, afirman vivir con miedo al otro partido’’.
Pew Research Center, realizó un informe titulado ‘Partidismo y animosidad política en 2016’ cuyo subtítulo era muy significativo ‘Opiniones altamente negativas de la parte contraria - y sus miembros’, de dicho estudio informe se recogen algunos datos citados, leerlo todo él es muy interesante para el momento que vivimos, a una mitad de la población le da miedo la otra mitad, y a los otros les dan miedo los de enfrente, por descontado afirman por mitades en ambos lados que casi nunca están de acuerdo con sus políticas u opiniones. La idea de ver al otro como amenaza, aumenta en los datos de encuestas en los últimos tiempos, -en 2 años aumenta en unos 12 puntos porcentuales-. De los resultados del estudio ya teníamos percepciones aquí en nuestro terreno, cuanto mas comprometidos políticamente mas extremo-negativos respecto a los contrarios, cuanto mas aguerridos los militantes mas posibilidades de entrar en puestos relevantes del partido, electoralmente son mas participativos cuanto mas negativistas respecto a los otros, -ello indicará que los votantes a VOX pueden aumentar de lo que recogen las encuestas, porque se movilizarán más que los tibios el día de la votación-. (Los cuadros aquí mostrados proceden de 'Partidismo y animosidad política en 2016')
El mundo se está haciendo más inseguro por desconfiado y agresivo y en España se está sembrando esa semilla. Eso tiene una salida con muy mala pinta, para empezar habrá una paralización o imposibilidad para resolver los problemas existentes, pensiones, cambio energético, cambios y dotaciones en la justicia, medidas cambio climático, paro y precarización, educación e I+D+i, desigualdades, despoblación, relaciones internacionales, nacionalismos, etc. etc. cuyas soluciones requieren inexcusablemente de pactos, serán imposibles de debatir, buscar y encontrar salidas sin consensos. Y olviden que una opción venza, desarticule o elimine a las otras, eso será imposible, así que mejor vayan aceptando que las cosas empeoren o cambien sus registros y empujen obligando a sus líderes a la templanza, a la política, discusión y pactos.
Las ideas se siembran, luego pueden recogerse resultados, que lógicamente dependerán de lo sembrado y sus cuidados. Los resultados para la calidad democrática pueden ser horribles. Nathan Kalmoe y Lliana Mason, de la Universidad del Estado de Louisiana, realizaron un estudio, al que hace referencia el artículo aquí enlazado, en el que un 60% de militantes demócratas o republicanos, consideran al otro partido una amenaza para ellos y para EEUU. Los cambios son alarmantes porque provienen de 1960 en el que menos del 5% de militantes demócratas o republicanos mostraba rechazo a que sus hijos pudieran casarse con militantes del otro partido. ‘Sí, la retórica política puede incitar a la violencia’. Escribe Nathan Kalmoe.
''¿Qué nos dice la investigación social y psicológica sobre el posible vínculo entre la retórica política y la violencia? ¿Pueden las palabras realmente conducir a acciones? La causa y el efecto son difíciles de establecer de manera concluyente, especialmente en casos individuales. Pero los investigadores tienen buena evidencia circunstancial del mundo real , así como evidencia de experimentos científicos que concluyen, en general, que la retórica probablemente no sea la causa principal en la mayoría de los ataques, pero el lenguaje violento y odioso puede inflamar a las personas que ya están inclinadas hacia la violencia y centrar su atención. rabia. En una serie de experimentos que realicé en 2010, descubrí que la exposición a metáforas políticas levemente violentas como "luchar por nuestro futuro" incrementó el apoyo general a la violencia política entre personas con personalidades agresivas.''