Los antivacunas: la nueva peligrosa moda

Publicado el 12 febrero 2011 por Evolutionibus

Acaban de pasar por La2 de TV el documental “La guerra de las vacunas“. No sé si lo acabarán colgando entero de la web de TVE, pero da pánico ver cómo miles de personas se juegan la salud y la vida de sus hijos por una estúpida, imbécil y absoluta falsa idea de que las vacunas son la causa de, por ejemplo, el autismo de sus hijos. Y la salud y la vida de su entorno.

Siempre que me encontraba con algún padre insconsciente, bajo el dudos pretexto de que tenía todo el  derecho a decidir sobre la salud de su hijo, le decía que él se permitía el lujo de no vacunar a su hijo porque todos los que le rodeaban sí lo estaban. Según el documental, empieza a no valer este argumento, y es que, en ciertos medios sociales, empieza a ser preocupante el número de niños no vacunados que dan al traste con lo que se llama inmunidad de grupo, es decir, lo que protege al cualquier bebé antes de que se vacune: que ningún individuo de su alrededor contraiga alguna enfermedad infecciosa que podría haberse prevenido con una vacunción a tiempo.

No me ha quedado muy claro con el documental si el vídeo, que desconocía, de la cheerleader de los RedSkins que tras vacunarse contra la gripe contrajo una rara distonía muscular (sólo podía correr y caminar hacia atrás sin tener fuertes espasmos), fue un montaje fraudulento, pero, en todo caso, que la gente cambie su opinión respecto a la conveniencia de la vacunación en contra de las montañas de evidencias que hay al respecto dice muy poco de ciertos seres humanos pensantes.

Da igual que, con 500.000 niños, en Dinamarca, entre otros doce estudios, se haya concluido que no hay relación entre el autismo y cierto tipo de aditivo de las vacunas, incluso no importa que el famoso estudio que vinculaba ambos haya resultado ser un fraude, el caso es que la ciencia es “mu mala” y los científicos, bueno, a sueldo de las grandes corporaciones y bla bla bla.

Hace poco ya escribí una entrada al respecto, pero no está de más recordarla, especialmente la pequeña tablita que se adjuntaba. Eso es la evidencia. Una de muchas, por supuesto.

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