No puedo calificar esta obra de otra manera que no sea un enorme compendio sobre el vampirismo, y por darle otra etiqueta añadiré clásico porque es el que rezuma del vampiro más universal y que dio alas a todo lo que vino después. No sé si esas alas son de murciélago, pero sí que me refiero por supuesto al Conde Drácula. Y que no os engañe el título, porque a pesar de que la saga del famoso cazador de vampiros Van Helsing le dé nombre, no es más que un instrumento para llevarnos tras su verdadero protagonista.El autor ha conseguido reunir en un solo volumen toda la historia y la leyenda que rodea al vampiro por antonomasia y, lo que es mucho más interesante aún, relacionarlo con la realidad de una manera tal, que las dudas y la inquietud sobre su verdadera existencia hasta nuestros días vuelven a renacer con renovadas fuerzas y energías, del mismo modo que si acabara de beber la sangre fresca de una de sus víctimas.Desde su origen histórico en la figura de Vlad Tepes (cuya forma de gobierno reconozco que ha calado en mí provocando sentimientos encontrados de adhesión en un principio y remordimiento a posteriori, y que llamaré Plan Tepes o Solución Tepes), hasta su renacimiento literario con la obra de Bram Stoker, el autor ha encontrado la manera de darle sentido a todo relacionando su eterna figura con líderes mundiales, otras obras de la literatura, otros vampiros famosos e incluso con sus adaptaciones cinematográficas. En resumen, la elección del mal por parte de un hombre que veía como Dios nunca le respondía y que dedujo que el asiento del cielo estaba vacío y el del infierno lo ocuparía él.Con precaución para no irme más de la lengua, sólo diré que la cuestión no ha acabado y a día de hoy, la leyenda o realidad de Drácula sigue más viva que nunca, por lo que mucho cuidado y atentos a cualquier signo que nos alerte de su presencia. Por vuestro bien espero que os guste el ajo.