Los archivos del Pentágono, Un relato histórico al más puro estilo Spielberg

Publicado el 16 enero 2018 por La Henryteca @LaHenryteca
Por Raúl Bermejo

La ecuación: Spielberg + reparto estelar + acontecimiento relevante de la Historia reciente, aún sin resultar 100% infalible, sí que es garantía de un producto digno. En esta ocasión el veterano director se recrea en las mentiras y manipulaciones que durante veinte años estuvo manejando el gobierno de los EEUU para acreditar su longeva intervención en la guerra del Vietnam, amparándose en que lo hacían para frenar el avance del comunismo y proteger a los sur-vietnamitas. Un informe encargado por el propio departamento de Defensa destapó que la causa real era, básicamente, un orgullo absurdo.


Los diferentes gobiernos estuvieron maquillando la verdad según sus intereses, y fue un osado funcionario (Daniel Ellsberg) quien, en una suerte de precursor de Julian Assange, se arriesgó a revelar la verdad a la luz pública filtrando ‘los archivos del Pentágono’ a los medios de comunicación. En la película hay imágenes de archivo que muestran estas tergiversaciones y autocensuras en boca de los auténticos Truman, Eisenhower, Kennedy o Johnson (Nixon es el único que es recreado de forma ficticia para la película). Este maquillaje de la verdad queda retratado en la maravillosa escena inicial, que muestra a los soldados norteamericanos ‘maquillándose’ con pinturas de guerra en el campo de batalla, y en un pequeño rincón del campamento aparece una rudimentaria máquina de escribir, insólita por encontrarse entre tanto equipamiento bélico como si se tratara de un espejismo de pureza y libertad en medio de un desierto de violencia y censura.

Del talento de Meryl Streep y Tom Hanks poco se puede añadir que no se haya dicho ya. Les avalan ingentes cantidades de premios, críticas exaltadas, actuaciones imperecederas y legiones de espectadores que hacen cola en los cines para ver cualquier película en la que figuren sus nombres. En “Los archivos del Pentágono” sus trabajos, como no podía ser de otra manera, son inmaculados. Pero, debido quizá a cierta sobre-exposición de ambos actores en los últimos tiempos, o por adueñarse en esta ocasión de personajes reales, lo cierto es que el espectador debe hacer cierto sobre-esfuerzo por desligar los Nombres Propios de las interpretaciones, y fruto de esta disociación quedarse sólo con el personaje. Es probable que el resultado hubiera sido superior si los actores que hubieran interpretado a Katherine Graham y Ben Bradlee hubiesen sido intérpretes desconocidos o, al menos, no tan mediáticos como Streep y Hanks. El resto del reparto está sensacional, aunque no son actores de renombre, como mucho caras ligeramente familiares para el gran público, y eso facilita su credibilidad y sus personajes salen beneficiados.

Una actriz del calibre de Sarah Paulson (musa de Ryan Murphy, virtuosa en todas y cada una de sus colaboraciones) se merecía la asignación de un papel de más enjundia, habiéndose tenido que conformar con un sencillo papel de “mujer de” con escasa aparición en pantalla. Paulson habría interpretado a la perfección a una periodista de raza, como la Sasha Pfeiffer de “Spotlight” o Veronica Guerin. Pero en la producción de Spielberg, fiel a los hechos reales, no había cabida para un personaje así (confiamos en que el director de “La lista de Schindler” vuelva a contar con ella en próximos proyectos).



La película tiene dos vertientes fundamentalmente:
  • Por un lado es un alegato feminista. Constantes referencias en la película muestran la desigualdad socio laboral que sufría la mujer en la época en que transcurre la historia: despachos habitados sólo por hombres; mujeres que se dedican a hacer sándwiches o se retiran a hablar de banalidades mientras sus maridos, puro en ristre, resuelven los problemas del mundo; escasas mujeres periodistas que a lo máximo que pueden aspirar es a cubrir los detalles más frívolos de la boda de la hija de Richard Nixon; ejército de secretarias excluidas de un tribunal exclusivamente masculino…
  • Por otro lado, la película disecciona la ética del periodismo. Hay reporteros que son capaces de poner en peligro su integridad física, enfrentándose incluso al gobierno de la nación, con tal de salvaguardar la VERDAD. Y luego hay directivos del sector periodístico que deben codearse y mantener buenas relaciones con los estamentos sociales más poderosos, en aras de conseguir informaciones, colarse en fiestas importantes y otras gratificaciones.


La película entusiasmará a los fanáticos del periodismo del siglo pasado, ese periodismo de ideales, el del papel impreso, con una película que poco o nada tiene que envidiar a la mismísima “Todos los hombres del presidente”, y que contiene elementos con inconfundible sabor añejo: historias de espionaje y contra espionaje entre periódicos rivales, que terminarán siendo socios en una cruzada común; periódicos secuestrados, con medidas cautelares y prohibición expresa de publicación por el propio presidente de los EEUU bajo amenaza de ser acusados de colusión y desacato; confrontación entre diferentes puntos de vista de editor y director del periódico.
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      • Otros aspectos interesantes son, conversión del domicilio de uno de los protagonistas en improvisada editorial para poder elaborar en pocas horas y con muchas manos un artículo para el que otro periódico ha dispuesto de varios meses; persona anónima que se cuela en la redacción del periódico con una caja de zapatos de incalculable valor. También es digna de mención la última escena que, tal y como sucedía en “Prometheus”, convierte “Los archivos del Pentágono” en insospechada pre-cuela

Por último y para recapitular, ¿”Los archivos del Pentágono” acabará convertida en un clásico? Tiene todos los elementos para serlo, pero sólo el tiempo lo dirá


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    • ##check## Lo bueno
      • Ser partícipe de cómo funcionaban las redacciones de prensa a la vieja usanza, en cierta manera artesanal, antes de que internet pusiera patas arriba el sector periodístico (entre otros muchos). Somos testigos de todos los estamentos del negocio: desde las decisiones que tiene que tomar la alta dirección, hasta el trabajo de redactores y de reporteros de investigación, pasando por los operarios que hacen funcionar los engranajes y mecanismos mecánicos de las rotativas y los ‘paperboys’, que llevaban los periódicos en sus bicicletas alimentando los puntos de distribución.
        Es una película vocacional, muchos espectadores sentirán el deseo de dedicarse al periodismo de investigación, aunque como ocurre casi siempre en el cine, se mitifica y barniza de épica una profesión en la que también hay sombras. Memorable es la secuencia en la que uno de los reporteros está en la redacción, y comprueba satisfecho y radiante el ruido y la vibración de las prensas rotativas del sótano que están fabricando los periódicos, como si fuera el motor de un gran barco o las tripas de un enorme animal prehistórico llamado Verdad..
    • ##times## Lo malo
      • El tratamiento de la mujer en un mundo dominado fundamentalmente por hombres está torpemente trazado, ya que insiste tanto en el tema que al final cruza la línea de la sutilidad y roza lo pueril, el espectador acaba agotado ante tamaña insistencia. Es necesario denunciar las injusticias que vivieron las mujeres de la época, pero viniendo de Spielberg se esperaba un discurso más lúcido y concentrado, más alejado del de “Las chicas del cable”, por ejemplo.
        Llama la atención que el espectador español medio conozca la Primera Enmienda a la Constitución de los EEUU, y no sea capaz de citar ninguna referencia a la Constitución Española, más allá del polémico artículo 155. 

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    • Ambientación 9.0
      • Una producción con tal presupuesto no ahorra costes en perfectas localizaciones de época, fabulosos vestuarios vintage, coches emblemáticos de antaño, mansiones fastuosas… Tampoco falta detalle alguno en la redacción del periódico o en el campo de batalla vietnamita.
    • Desarrollo de Personajes 9.0
      • Se agradece que la película sea tan fiel a los personajes reales. Prueba de esta fidelidad es que no se ha forzado una historia de amor entre los protagonistas, que otro cineasta con menos escrúpulos sí habría buscado.
    • Argumento / Guión 10
      • Funciona como el mecanismo de un reloj, y atrapa el interés del espectador desde el primer al último minuto, logro difícil por tratar una temática algo compleja.
    • Banda / Sonora 6.5
      • Es una banda sonora que pasa prácticamente desapercibida al oído del espectador, sólo se nota su presencia en las escenas de tensión, con acordes ya familiares en el cine de este género, y con efectos igualmente repetitivos, como el sonido del reloj simultáneo a la música. Con todo, la banda sonora del multipremiado John Williams suena con fuerza para ser este año nominada a los Oscars, por encima de la partitura de “Los últimos Jedi”.
    • Entretenimiento 8.0
      • Entretenida por los temas que trata y la solvencia tanto del guión como de todos y cada uno de los intérpretes nos encontramos ante una magnífica película para aquel que busque más que meros artificios en una película, deslumbrante aunque en algunos momentos algo densa por su propio contenido.
    • Montaje / Innovación técnica 9.0
      • La escena de la llamada telefónica a varias bandas en las que el personaje de Meryl Streep debe tomar una decisión transcendental en el devenir de la película, está filmada con esmero y transmite la distribución espacial según los diferentes intervinientes de la misma. Por otro lado, el método de filmación de Richard Nixon (alejado, desde fuera de las estancias de la Casa Blanca, y medio escondido, sin poder apreciarle nítidamente) refuerza una sensación de turbiedad en consonancia con su escandaloso mandato presidencial.
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    • Puntuación Total  8.5 / 10

Trailer: Fuente Imágenes: EOne Films España