Revista Opinión

Los artículos anti-políticos son ya un gran negocio

Publicado el 21 septiembre 2019 por Franky
El rechazo a los políticos crece en todo el mundo, hasta el punto de que existe ya un gran mercado de artículos contrarios a los políticos, calculado en más de 100.000 millones de dólares potenciales, Ese "boom" ya se ha iniciado y está enriqueciendo a no pocos empresarios hábiles. Fabrique usted un papel higiénico con la imagen de Pedro Sánchez y verá como se hace rico. Hay millones de españoles que odian tanto al líder socialista que comprarían el rollo para limpiarse con su imagen. Lo mismo ocurriría si fabrica rollos de papel con la imagen de Casado, Ribera, Abascal y no digamos Puigdemont, Quim Torra, Rufian o María Jesús Montero, campeones del rechazo ciudadano, esta última por su afán por expoliar herencias. También podrían enriquecerse si venden muñequitos de vudú con la imagen de un político odiado para que los coloquemos en la mesa de trabajo y nos libremos del estrés clavándoles alfileres. --- Los artículos anti-políticos son ya un gran negocio El rechazo a los políticos en España es tan intenso que ya tiene un un claro aprovechamiento comercial, como ocurre en otros lugares del planeta. Cientos de miles de españoles comprarían artículos que les permitieran "descargar" su furia contra la clase política, pero los emprendedores no parecen haberse dado cuenta todavía del tesoro que tienen delante de sus narices.

En China han triunfado varios juegos de ordenador basados en la política. El más famoso es un juego en el que hay que matar políticos corruptos. Aunque ambientado en décadas pasadas (desde la dinastía Qing, última de China, hasta la actualidad), el juego busca concienciar a los jóvenes sobre la importancia de luchar contra la corrupción actual.

"A través del juego, (los jóvenes) serán más positivos y valientes en la lucha contra la corrupción en el mundo real", destaca Hua Tong, diseñador del primer juego que circuló en China basado en la caza de políticos corruptos, una especie odiada que en China recibe el peor de los castigos: el fusilamiento inmediato, con la familia del corrupto obligada a pagar el precio de la bala que le quita la vida.

El primer juego fue ideado para los estudiantes de Ningbo, pero su éxito hizo que se vendiera en todo el país.

¿Triunfaría en España un juego similar? No hace mucho quizás no, pero las cosas han cambiado y el rechazo a los políticos ya es lo bastante intenso para que muchos paguen dinero por acabar con ellos, aunque sea en el ámbito virtual. Los jóvenes, a los que los políticos ni siquiera le ofrecen la oportunidad de trabajar, acumulan un rechazo intenso, que a veces se confunde con el odio, hacia una clase política inepta, arrogante, poco democrática, infectada de corrupción y cargada de privilegios que no merecen ni por asomo.

Esos jóvenes frustrados e indignados son grandes consumidores de vidojuegos, un negocio muy desarrollado en España que ya produce más ingresos que la industria cinematográfica. Los temas políticos están a punto de convertirse en lo bastante atractivos para que soporten videojuegos de éxito ¿Acaso no jugaría usted a un juego cuyo objetivo fuera detener a políticos corruptos y encarcelarlos? Lo que no podemos hacer en la vida real porque ellos están blindados, es posible y placentero hacerlo en el mundo virtual.

La obligada celebración de cuatro procesos electorales en tan sólo cuatro años ha enfurecido todavía más a millones de ciudadanos, gran parte de los cuales culpan a Pedro Sánchez por querer gobernar en solitario sin compartir ni un ápice de poder. Muchos de ellos comprarían hoy un receptor de cuchillos de cocina con forma humana o una diana para lanzar dardos con el rostro del tal Sánchez o de cualquier otro político que despierte asco o simple rechazo.

Nadie duda que el auge de VOX ha representado también una potente oportunidad comercial que algunos han aprovechado. En Andalucía se han vendido grandes cantidades de paraguas con la bandera de España, promovidos por VOX, junto con otros productos de mechandising, como pulseras, insignias, etc.

¿Cuantos españoles no pagarían por un juego de dardos donde el triunfador es quien lo clave en una diana con la cabeza de Puigdemont?

Cualquier emprendedor español que fabrique papel higiénico con la imagen de políticos impresa ganaría mucho dinero porque millones de españoles no se privarían del placer de ensuciar a esos tipos en la privacidad del cuarto de baño.

Otro productos "antipolíticos" que podrían tener éxito comercial en España son las camisetas con slogans sugerentes, creativos y críticos contra los políticos y colgaduras contrarias a los políticos y sus partidos para que los muchos ciudadanos indignados las cuelguen en sus ventanas y balcones.

Que le pregunten a los comercios chinos cuantas banderas españolas han vendido en los últimos años como resultado de la ola de patriotismo que han levantado los golpistas catalanes. Se calcula que cerca de cien millones, utilizadas en las manifestaciones, balcones, estadios deportivos y en otros espacios públicos.

Los políticos españoles deberían ser los primeros interesados en promover e impulsar este tipo de productos "antipolíticos" porque de ese modo los ciudadanos, cabreados e indignados, pueden desfogarse en sus hogares y apagar de manera pacífica y sin víctimas su furia y deseo de venganza contra quienes les están arruinando y haciendo la vida imposible.

Francisco Rubiales


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