Brutal alegato que el ruido post electoral ha logrado casi apagar.
La reacción negacionista
de buena parte de las izquierdas europeas a los ataques machistas perpetrados
simultáneamente en al menos 10 ciudades europeas por varones “musulmanes” fundamentalistas,
señaladamente en Colonia, no sólo ha sido lamentable, sino reveladora tal vez
de algo más profundo. Precisamente, ciertas izquierdas europeas sedicentemente
radicales (“multiconfesionales”, “multiculturales”: postlaicas, en suma) que
han ido abandonando en las últimas décadas el primer valor fundacional de la
izquierda –el laicismo republicano— son objeto aquí de una crítica tan oportuna
e inclemente como esclarecedora por parte de la conocida feminista y luchadora
laicista argelina Marieme Hélie-Lucas:
Los ataques machistas coordinados en Colonia y los
errores eurocéntricos de una izquierda europea
postlaica. Marieme
Hélie-Lucas
…/…
Un fenómeno de alcance mundial –el auge de una
nueva cepa de la extrema derecha: por ejemplo, el fundamentalismo musulmán— no
sólo queda justificado, sino que desaparece casi literalmente tras la cortina
de la crítica de las reacciones que engendra. Cualquiera que sea nuestra
posición respecto de la naturaleza y la deriva actualmente observada en esas
reacciones, no deberíamos permitir que el fenómeno mismo se evaporara: en el mundo
real, a diferencia de lo que ocurre en los discursos de la izquierda radical y
de las organizaciones de derechos humanos, la negación de las cosas no las hace
desaparecer.
Creer, ya sea por un instante, que un fenómeno
político de alcance mundial podría estar determinado por el capitalismo
occidental y sólo por él (cualesquiera que sean los regímenes y las formas de
gobierno en que ese fenómeno aparece, los estadios de desarrollo económico y
cultural de esos países, las clases y las fuerzas políticas en presencia, etc.)
es una forma de megalomanía.
A lo largo de estos últimos treinta años, enterrar
la cabeza en la arena no ha servido para frenar las crecientes exigencias
avanzadas por los fundamentalistas de extrema derecha. Ni en Europa, ni en parte
ninguna. Lejos de eso, el fundamentalismo ha surfeado a su buen placer sobre la
ola de ocultación de su naturaleza política a través de su cínica explotación
de las libertades democráticas y los derechos humanos.
Lo que anda aquí en juego va mucho más allá de los
derechos de las mujeres: es un proyecto de establecer una sociedad teocrática
en la que, entre muchos otros derechos, los de las mujeres se vean gravemente
cercenados. La acción concertada que se desarrolló a escala europea el pasado 31
de diciembre y su abierto desafío al lugar de las mujeres en el espacio público
juega exactamente el mismo papel que la inopinada invención del llamado “velo
islámico”: es una exhibición de fuerza y de visibilidad.
Esa exhibición de fuerza puede verse coronada por
el éxito, como en buena medida ocurrió con la imposición del “velo islámico” a
las mujeres. El consejo ofrecido ahora por algunas autoridades alemanas [por
ejemplo, la alcaldesa democristiana de Colonia] a las mujeres atacadas es buen indicio:
adaptaos a la nueva situación, alejaos de los hombres (“a un brazo de
distancia”), no salgáis solas, etc. En suma: someteos o pagad el precio de la
insumisión. Si algo te ocurre, será por tu culpa, y advertida quedas...
Un consejo que trae a la memoria lo que solía decirse
en los tribunales de justicia a las mujeres violadas no hace tanto tiempo: ¿qué
hacía usted allí? ¿A esas horas? ¿Y vestida así? Un consejo que los
predicadores musulmanes fundamentalistas harán definitivamente suyo...
Que la preocupación principal haya sido la de
proteger a los victimarios, y no la de defender a las víctimas, es una variante
de la habitual defensa de la violencia masculina contra las mujeres. ¿Hasta qué
punto es una defensa del patriarcado o una defensa de la población migrante, de
las minorías étnicas o religiosas? Cuando los intereses del patriarcado –que la
izquierda no osa defender ya— pueden confundirse con la noble defensa de los
“oprimidos” (cuyo prestigio, incluso para la izquierda, quedó algo tocado luego
de los ataques de noviembre en París), no poca gente se siente cómoda.
Que a estas alturas se pueda todavía dudar del
carácter concertado de los ataques simultáneos perpetrados a la misma hora
contra mujeres en al menos 5 países diferentes y una decena de ciudades en Europa,
le deja a una estupefacta. ¡Menuda muestra de mala fe y ceguera –o perversión—
política!
Marieme Hélie-Lucas es una reconocida activista feminista argelina. Socióloga de
prestigio internacional, ha sido la fundadora de la Red de Mujeres bajo la Ley
Musulmana, así como coordinadora internacional de Secularism Is A Women’s Issue
(El laicismo es cosa de mujeres).
URL de origen (Obtenido en 19/01/2016 - 13:51):
http://www.sinpermiso.info/textos/los-ataques-machistas-coordinados-encolonia-
y-los-errores-eurocentricos-de-una-izquierda-europea