Desde que el Síndrome de Muerte Súbita se convirtió en uno de los primeros fantasmas de la infancia llevándose la vida de miles de pequeños sin razón aparente, se ha trabajado duro en generar patrones de conducta en la crianza de los niños para alejar al máximo el riesgo de la denominada muerte blanca, pero al parecer aún al día de hoy muchos bebés se ven expuestos a riesgos evitables de muerte súbita.
El Síndroma de Muerte Súbita del Lactante, también conocido como SMSL es la causa de muerte de 2.500 bebés al año en los Estados Unidos, la mayoría de ellos entre los 2 y 4 meses de vida. Hace algunos años se comenzó una campaña que indicaba a los padres que era necesario modificar la posición de sueño de sus bebés como posible prevención al síndrome, y la cantidad de niños muertos se redujo y estabilizó con el tiempo, pero muchas muertes siguen siendo evitables en la actualidad, según indica un estudio.
Las bases son claras, los niños que mayor riesgo de morir por SMSL son aquellos que son colocados a dormir boca abajo o de costado, con almohadones, peluches y sábanas alrededor, o puestos a dormir en la cama junto con sus padres, es por ello que los médicos y los funcionarios de la salud pública han reforzado el mensaje hacia los padres sobre la forma de poner a descansar a sus niños: boca arriba en superficies firmes, sin sabanas sueltas y almohadones. Si bien la mayoría puede dar fe de que ha escuchado estas recomendaciones en algún momento, muchas familias siguen pasando por alto estas reglas poniendo en riesgo la vida de sus hijos.
Henry Krous, participante de la investigación realizada por la Escuela de Medicina de la University of California en San Diego, explica:
“Por lejos, el ambiente más seguro para que un bebé duerma es que sea colocado en un moisés con una manta bien ajustada y firme, sin objetos blandos en la cama -ni sábanas, ni almohadones, ni juguetes- y que el bebé duerma solo en su cuna”…”Cuando los cuidadores ponen a un bebé a dormir, no deberían pensar sólo en colocar al bebé boca arriba, sino que deberían pensar en todos estos otros factores de riesgo”.
La investigación se basó en la comparación de los casos de todos los bebés que pasaron por la oficina médica examinadora de San Diego diagnosticados con SMSL como la causa de la muerte en el tiempo comprendido entre 1991 y el 2008, sumando un total de 568 bebés. Los investigadores comprobaron que luego de que se difunda la información sobre las posiciones de riesgo al dormir la cantidad de niños con muerte súbita se redujo, en 1991 1 de cada 750 muertes era por SMSL, mientras que hacia el 2008 era 1 por cada 1.600. Los investigadores indicaron que los valores se estabilizaron en los últimos años pero que aún hay niños en peligro.
Krous ha dado datos específicos sobre la forma más segura para que el niño duerma detallados más arriba, agregando que debe hacerlo en una superficie separada de la cama de sus padres pero muy cerca, manteniendo a la madre y al niño cerca para mantener la lactancia pero evitando compartir la cama.
Vía | Terra
Foto | jessicafm de Flick