¿Qué es el conducto lagrimal?
En la parte posterior del ojo, encontramos un órgano llamado saco lagrimal. En el cual nuestro cuerpo crea el liquido lagrimal (las lagrimas). Las lagrimas, tienen la función de humedecer y limpiar el ojo. Este liquido llegará al ojo a través de los conductos lagrimales. El problema cuando uno de los dos está obstruido es que el ojo no puede limpiarse
Consecuencias y síntomas.
Son varios los síntomas que podemos ver en nuestro bebé cuando tiene el lagrimal obstruido. Entre ellos, los más comunes son los siguientes.
- Ojo siempre lloroso, pero no con mucha lagrima.
- Es posible que el lagrimal segregue un líquido amarillento, como si tuviera conjuntivitis.
- Exceso en las legañas.
- Ojos que le cuestan abrir.
- Un parpadeo excesivo para calmar el ojo.
El mayor problema de tener los lagrimales cerrados, es el riesgo para sufrir infecciones. El ojo recibe la lagrima pero no es capaz de drenar o expulsarla, con lo que se acumula. Y al estar el orificio algo cerrado, es un lugar ideal para que se produzca una infección.
¿Cómo actuar?
La verdad es que la obstrucción en el canal del lagrimal, no suele suponer mayor problema. De hecho, está estimado que 2 de cada 10 bebés, suelen nacer ya con un tapón o con el conducto muy estrecho. Suele ser un problema de falta de maduración. Aunque no debemos hacer nada más que mantener la higiene, ya que el mismo se solucionará, cuando el conducto alcance la anchura necesaria para poder drenar bien el ojo.
Aunque nosotros es posible que no nos demos cuenta de nada hasta por lo menos 15 días
Los ojos expulsan el exceso de lagrima por unos conductos que van a la nariz. Si están taponados, será cuando se almacenará la lagrima y provocará las infecciones. Con el tiempo el solo se abrirá, gracias al efecto repetido de las lagrimas.
Lo primero que se debe hacer, es acudir al médico para que examine el ojo, y pueda determinar que exactamente es una obstrucción en el lagrimal del bebé. Así como analizar si existe una infección en el lagrimal del ojo.
La limpieza.
- Lo primero y muy importante, es que nos lavemos nosotros mismos las manos a conciencia, ten en cuenta que vamos a tocarle el ojo y podríamos infectarle nosotros.
- La limpieza la haremos con suero fisiológico, (si quieres saber como preparar suero fisiológico te enseñamos). Podemos utilizar unas gasas empapadas en suero. Y lo haremos con mucho cuidadito con movimientos circulares para intentar ir sacando las legañas y no apretarlas hacia el lagrimal.
- Es muy importante que esta operación la repitamos por lo menos 3 veces al día. Y si lo necesita todas las veces que sea necesario.
- Otro consejo que nos darán, es hacerle un suave masaje en el ojo. Para intentar mover el lagrimal. Ya que cuanto menos estancamiento haya, menos posibilidades de que se produzca una infección.
- El masaje lo hacemos con las manos muy limpias, y con giros muy suaves en la zona que une el ojo con la nariz.