Hace poco la mamá de un bebé prematuro colgaba el enlace a un interesante artículo en su perfil de una conocida red social. El desafío del bebé que pesó 275 gramos al nacer, era el sugerente título del artículo que narraba la historia de el niño más "ligero" del mundo, un bebé nacido en Alemania con 25 semanas de gestación que pesó poco más de un cuarto de kilo al nacer.
Se trata de una historia conmovedora y sugerente, que nos hablá de la capacidad de superación y las ansías de luchar por vivir de algunos bebés. Gracias al avance de la ciencia y la tecnología y al hecho de que se les de una oportunidad, estos bebés de menos de 500 gramos cada vez tienen más posibilidades de sobrevivir.
Esta narración me venía también al pelo para traer al caso otro tema del que quería hablar y que me ha parecido una iniciativa muy curiosa y digna de dar a conocer. En el número de enero de la revista Pediatrics aparece un artículo titulado The Tiniest Babies: A Registry of Survivors With Birth Weight Less Than 400 Grams, que se podría traducir como "Los bebés más diminutos: un registro de supervivientes que nacieron con un peso inferior a 400 gramos".
Se trata de un artículo que da a conocer la web y el proyecto The Tiniest Babies, un registro online que se lanzó en el año 2000 con el objetivo de recoger testimonios y publicaciones que documentaran los casos de bebés que hubieran sido dados de alta del servicio de neonatos después de haber nacido con un peso inferior a los 400 gramos.
Cifras irremplazables
Los datos se recopilaron tanto a través de publicaciones científicas como a través de los testimonios de padres o profesionales sanitarios, aunque en el caso de los primeros, la declaración tenía que ser confirmada por un médico.
Diez años después de su puesta en marcha, el registro online había documentado 110 casos de bebés nacidos entre 1936 y 2010 que habían sobrevivido desués de nacer con un peso inferior a los 400 gramos. Entre las principales conclusiones que se desprenden del análisis de los datos recopilados, destaca el incremento de las tasas de supervivencia desde finales de los noventa.
Los pesos de los bebés registrados oscilaron entre los 260 gramos y los 397, lo que, por un lado, deja nuestro titular inicial del país en un reclamo publicitario (probablemente defendido por el hospital que publicita el récord) aunque no por ello cierto. Según la web Tiniest Babies, el bebé más pequeño del mundo fue una niña que nació en 2004 en Illinois (Estados Unidos) con 260 gramos de peso, después de tan solo 25 semanas de gestación.
Niñas diminutas
Siguiendo con el análisis de los datos que presenta el artículo de Pediatrics, la edad de los bebés incluidos en el registro oscilo de las 21+7 a las 34 semanas de gestación. El 75% de los bebés eran niñas, así como también fueron bebitas los diez recién nacidos con menor peso. El registro contiene tan solo el caso de un niño que pesara menos de 300 gramos.
Los bebés nacieron en 10 países diferentes y el 80% de los registros correspondieron a Estados Unidos, cifra que pone de manifiesto la necesidad de ampliar la difusión internacional de este registro, lo que facilitaría la recogida de un mayor número de datos y, por tanto, un mayor conocimiento del tratamiento y evolución de los prematuros de muy bajo peso.
"Muchos de estos pacientes todavía tienen problemas de salud y de aprendizaje y en la mayoría de los casos en los que se han podido recopilar los datos, siguen siendo niños bajos y delgados para su edad", confirma el artículo.
500 gramos de vida
Por otro lado, el hecho de leer este resumen me recordó un documental que me tocó el corazón cuando todavía estaba embarazada de Diana. Se trata de500 gramos de vida, una pieza de Documentos TV que abordaba las vivencias de los prematuros extremos, bebés que nacían en lo que hoy en día se considera en España el limite de la viabilidad de los grandes prematuros: los 500 gramos de peso.
Se trata de historias muy dramáticas, pero también optimistas, de un canto a la vida y, ¡Cómo no! de una oda a la lactancia materna... Y es que, aunque yo ya lo tenía decidido, ver este documental fue el último paso que me llevó a decidir firmemente que me iba a convertir en donante de leche materna cuando naciera mi hija. Y así lo hice y pude llegar a conocer el banco de leche que sale retratado en el documental, el del Hospital 12 de octubre...
Si algo me quedó claro después de verlo es la gran necesidad que tienen estos niños de un alimento que les aporte protección y fuerzas para salir adelante: la leche materna. Prioritariamente la de su madre, adaptada para las necesidades y para la edad gestacional de cada bebé pero, a falta de ella o de el establecimiento adecuado de la producción, la de una madre solidaria que hubiera regalado altruistamente su leche para estos bebés tan necesitados de sus propiedades "cuasi-mágicas".
En fin... Que quería hacer de este mi particular homenaje a las mamás de bebés prematuros que luchan por sacar a sus hijos adelante con la ayuda de profesionales sanitarios cada vez más informados (método madre canguro, bancos de leche, etc.) y mejor preparados para ofrecer a estos bebés la oportunidad que se merecen.